Vivimos en una cultura que constantemente les dice a nuestros hijos que son maravillosos, que pueden lograr cualquier cosa que se propongan y que deben seguir su corazón. Estos mensajes pueden parecer alentadores y positivos, pero ¿son bíblicos? ¿Qué efecto tienen en la forma en que nuestros hijos ven a Dios, a sí mismos y al mundo?

En este artículo, quiero compartir contigo algunos principios bíblicos que pueden ayudarnos a criar hijos que tengan una visión centrada en Dios y no en sí mismos. 

Principio 1: Prueba tu propia fe

Antes de enseñarles el evangelio a nuestros hijos, debemos examinar nuestra propia relación con Dios. ¿Hemos sido salvos? ¿Estamos siguiendo seriamente a Jesús como discípulos comprometidos? ¿Estamos creciendo en la gracia y el conocimiento de Cristo o nos contentamos con una fe superficial? 

Nuestra fe tiene un impacto directo en la de nuestros hijos. Debemos evitar caer en errores comunes como el fatalismo, el decisionismo fácil o la falsa seguridad. Debemos examinarnos a nosotros mismos con regularidad ante el espejo de la Palabra de Dios y no olvidar nuestra propia necesidad de Cristo y de su gracia salvadora (Stg 1:21–25).

Principio 2: Atesora a Dios y su Palabra

Otro marcador importante en el camino de la crianza es la integración de la Palabra de Dios a cada área de la vida (Jer 15:16; Mt 4:4; Stg 1:22–24). Esto es necesario si queremos que nuestros hijos crezcan en el temor del Señor, lo cual veremos en el siguiente punto. Nuestro temor del Señor está directamente relacionado con nuestra actitud hacia la Biblia (Jn 17:17).

La Biblia es la Palabra confiable de Dios, nuestro pan necesario y un espejo que revela nuestro verdadero ser. Debemos abrazarla como la revelación personal e infalible de Dios a nosotros y como el alimento que satisface nuestra alma. Debemos mirarla con honestidad y humildad para ver nuestra pecaminosidad y nuestra necesidad de salvación.

Podemos priorizar la Palabra de Dios en nuestro hogar practicando la lectura bíblica en familia y aplicando la autoridad de la Escritura a la desobediencia de nuestros hijos. De esta manera, les mostramos su importancia y su relevancia para todas las situaciones de la vida.

Principio 3: Enséñales a temer al Señor

El temor del Señor es una frase que ha perdido su favor entre los cristianos, pero que es una parte esencial del plan de Dios para nuestra crianza. El temor del Señor implica un temor reverente a él que produce un deseo de adorarlo y obedecerlo al vivir dentro de sus estructuras de autoridad.

El temor del Señor empieza en el corazón, con nuestra actitud. Al igual que cualquier otra actitud, se manifiesta en nuestra manera de vivir y amar. Cuando la actitud de nuestro corazón es de reverencia ante Dios, deseamos vivir de maneras que lo glorifiquen (Sal 33:8; Pr 9:10; He 12:28–29).

El temor del Señor también implica un asombro reverente ante Dios como nuestro Creador y Salvador. Debemos enseñarles a nuestros hijos que Dios es maravilloso e imponente, digno de que nuestras vidas giren alrededor de él. Debemos proteger la unión entre el castigo y la misericordia que se muestra en la cruz de Cristo, donde se satisfizo la justicia divina y se demostró el amor inefable.

Principio 4: Enséñales que Dios es maravilloso

“Maravilloso” es una palabra que se ha vuelto tan cotidiana que corre peligro de perder su intensidad. Sin embargo, es una palabra perfecta para describir a Dios y las obras que hace. Dios es maravilloso e imponente, y es digno de que nuestras vidas giren alrededor de él. Ver a Dios como maravilloso lleva naturalmente a la adoración, la humildad y la sumisión.

Como padres, debemos preguntarnos si nuestros hijos ven en nosotros un asombro reverente ante Dios. En la manera en que hablamos y nos movemos, necesitan ver nuestra reverencia por el Señor. Debemos alabarle con nuestros labios y con nuestras obras. Debemos contarles a nuestros hijos las maravillas que Dios ha hecho en nuestra vida y en la vida de otros. Debemos celebrar sus atributos, sus promesas, sus mandamientos y sus bendiciones.

Debemos enseñarles a nuestros hijos que Dios es el creador de todo y que todo lo que hizo es bueno y glorifica su nombre. Debemos ayudarles a ver la belleza y el orden de la creación, y a cuidarla como mayordomos responsables. Debemos mostrarles cómo Dios se revela en la historia y en la redención, y cómo su plan es perfecto y bueno (Ex 15:11; Sal 66:5; Ec 12:1).

Debemos enseñarles a nuestros hijos que Dios es el salvador de todo aquel que cree en él. Debemos explicarles el evangelio de la gracia de Dios, cómo nos amó tanto que envió a su Hijo a morir por nuestros pecados y a resucitar para darnos vida eterna. Debemos animarlos a confiar en Jesús como su Señor y Salvador, y a seguirle como discípulos fieles.

Principio 5: Deléitalos con el evangelio

El evangelio es el mensaje central de la Biblia y el fundamento de nuestra fe. El evangelio es la buena noticia de que Dios envió a su Hijo Jesucristo a morir por nuestros pecados y a resucitar para darnos vida eterna. El evangelio es el poder de Dios para salvar a todo el que cree.

Debemos deleitarnos con el evangelio y deleitar a nuestros hijos con él. Debemos enseñarles que el evangelio no es solo para el principio de nuestra vida cristiana, sino para todo el camino. Debemos mostrarles que el evangelio no solo nos libra del castigo del pecado, sino también del poder y la presencia del pecado.

Debemos ayudarles a entender que el evangelio no solo nos da una nueva posición ante Dios, sino también una nueva identidad en Cristo. Debemos animarles a vivir en función del evangelio, no de su propio desempeño o de la opinión de los demás. Debemos recordarles que el evangelio no solo nos beneficia a nosotros, sino que también nos llama a compartirlo con otros.

Criar hijos en un mundo que los exalta es un desafío enorme, pero no imposible. Con la ayuda de Dios y su Palabra, podemos guiar a nuestros hijos hacia una visión de la vida que se centre en Dios y no en sí mismos. Podemos enseñarles a temer al Señor, a maravillarse en Él, a deleitarse con el evangelio, a seguir su plan y a confiar en su cuidado.

Este artículo es un extracto del libro Criando hijos en un mundo de “tú puedes hacerlo”.


Criando hijos

La serie “Criando hijos” ofrece recursos expertos sobre maternidad, abordando temas como educación digital, salud emocional y crianza basada en la gracia. Cada libro brinda consejos prácticos basados en la Biblia para enriquecer la crianza de los hijos.


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