Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones (2 Corintios 2:11).

La insatisfacción de Paulo era un problema. Las quejas prolongadas aumentaban su tentación a mirar pornografía. Cuanto más tomaba conciencia de esta señal de advertencia, más preparado estaba para huir de las tentaciones. Conocer nuestras señales de advertencia es un paso vital para luchar contra nuestros hábitos adictivos.

Satanás tiene estratagemas y maquinaciones. Tiene un plan de batalla. Pablo señala que conocer las maquinaciones de Satanás permite que no nos “saque ventaja”. El apóstol advierte a los corintios de que la falta de disposición para perdonar a un hermano arrepentido le da a Satanás un posicionamiento en la iglesia (ver 2 Corintios 2:5-10). Al ser conscientes de eso, podrían desplegar una acción directa en contra de la maquinación de Satanás. Luchamos mejor cuando sabemos cuál es el plan de ataque del enemigo. Esto requiere dos cosas: conocer el modus operandi del enemigo como así también nuestra debilidad.

A Satanás le encanta socavar tu esperanza, desalentar tus esfuerzos por recuperarte y hacer que dudes de la bondad de Dios. También trata de ocultar la justicia de Dios y su amor por nosotros. Si sabes esto, puedes contraatacar al diablo, enfocándote más decididamente en estos aspectos del Señor. Resaltar su justicia nos recuerda que hagamos lo correcto. Resaltar su amor te invita a arrepentirte cuando haces lo incorrecto.

También debes conocer tus debilidades. Satanás las conoce y busca explotarlas. Si como en el caso de Paulo, quejarse se convierte en un punto de tentación, el diablo alienta el descontento. Pero como Paulo trabajó para cultivar la gratitud, estuvo más preparado para resistir el ataque del enemigo.

¿Cuáles son algunas señales de advertencia de que eres tentado a ceder a tu hábito adictivo? ¿Hay patrones para tu pecado (un horario del día, un lugar, un estado de ánimo, etcétera)? ¿Qué precede tus fracasos? ¿Qué estás pensando, queriendo o haciendo antes de ceder? Responder estas preguntas puede ayudarte a identificar potenciales señales de advertencia. Algunas experiencias comunes que desencadenan una adicción son la soledad, el estrés, la amargura y la fatiga. ¿Aparecen algunos de estos temas en tu lucha?

Considera tu corazón y tus debilidades. Cuando sabes cómo podría atacarte Satanás, puedes planear mejor una defensa. Prepárate para contraatacar sus maquinaciones. Por ejemplo, si la fatiga es una desencadenante habitual para ti, haz un plan para descansar mejor. Si tus derechos son una causa inmediata común, participa en más proyectos de servicio en la iglesia. Si la amargura está envenenando tu corazón, trabaja en perdonar. Si la soledad se ha apoderado de tu vida, acude primero a Dios, y luego, entabla amistades en la iglesia. No permitas que tu enemigo te saque ventaja. Conoce sus maquinaciones y desarrolla un plan defensivo para luchar contra la tentación.

Reflexiona: Mantén en mente la advertencia de Pedro: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8).

Reflexiona: ¿Cómo podría el diablo estar usando tus propias debilidades contra ti? ¿Qué puedes hacer para desarrollar un plan defensivo contra la tentación?

Actúa: Anota tus tentaciones. Repasa el contexto de tu tentación e identifica las señales de advertencia.


Este artículo es un extracto del libro Adicciones: Rompiendo con hábitos esclavizantes. Publicado por Editorial EBI.

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