Si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno (Mateo 5:29-30).
Se sintió como si se hubiera cortado un brazo, pero para que Esteban en verdad progresara en su batalla contra la pornografía, tuvo que dejar de lado su teléfono celular. Aunque era fanático de la tecnología, no solo amaba su teléfono sino que se había vuelto dependiente de él para muchas cosas. Sin embargo, ese artefacto era también su fuente exclusiva de pornografía todos los días. Tenía que desaparecer. La lucha contra la tentación exige una acción radical.
El lenguaje de Jesús es fuerte. Les dice a sus oyentes que se corten las manos y saquen los ojos si estos son causa de que pequen. Sin embargo, Jesús no está refiriendo a automutilarse. Después de todo, los individuos con un solo ojo o una sola mano pueden seguir teniendo pasiones desordenadas. El Señor está hablando de forma hiperbólica, exagerando para producir un efecto. Muestra cuán determinada y radical debe ser nuestra acción cuando somos tentados. No puedes luchar contra tu pecado de manera pasiva. Tienes que dar pasos radicales para quitar de tu vida tu adicción.
Que Jesús haya escogido la mano y el ojo no es casualidad. Estas partes suelen estar ligadas a la lujuria y el adulterio; el asunto que Jesús es más incisivo en tratar. Pero casi todos usamos nuestras manos y ojos todos los días… incluso en cada momento en que estamos despiertos. Perder estas partes no es simplemente un inconveniente; significa un reajuste total en nuestra manera.
de llevar la vida. Recuerda que Jesús nos llama a actuar de manera radical. Independientemente de cuán conveniente o necesario sea algo, si hace que peques contra Dios, ¡Arráncalo de golpe!
La victoria no viene fácilmente. Debes incluir un plan para reestructurar tu vida a fin de evitar las tentaciones. Es verdad que no podemos evitar cada tentación, pero hay muchas que puedes quitar para robustecer tu decisión y desarrollar fuerza para triunfar. Crear rutinas nuevas, desarrollar hábitos diferentes y tomar decisiones distintas puede hacer mucho bien. Estas cosas nos ayudan a evitar lugares, personas y cosas que nos tienten.
Esto tiene facetas diferentes en cada caso. Para Carlos, significaba dejar su computadora; y para Julio, implicaba cancelar su suscripción al cable. Para Sara, era sinónimo de cancelar su tarjeta de crédito. Para David, incluía entregarle sus recibos a un compañero a quien debía rendirle cuentas. Para Vilma, significaba conducir el largo trayecto hasta su trabajo y evitar ciertos caminos. Para Roberto, consistía en cambiar el número de teléfono para que los amigos de antes no pudieran contactarlo más. Y para Elías, implicaba desconectarse de las redes sociales. Hay innumerables maneras en las que puedes reestructurar tu vida a fin de evitar la tentación, pero esto requerirá que actúes deliberada y radicalmente.
¿Estás preparado para dar un paso drástico para cortar el pecado de tu vida?
Reflexiona: Con la ayuda de Dios, puedes dar un paso radical. ¿Qué sería esto para ti?
Reflexiona: ¿Qué tentación necesitas sacar de tu vida?
Actúa: Escribe una estrategia para evitar las tentaciones más comunes que experimentas. Comparte tu plan con un amigo o consejero confiable.
Adicciones
Este artículo es un extracto del libro “Adicciones: rompiendo hábitos esclavizases”, publicado por Editorial EBI.
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