Cómo hablar con Dios cuando estás sufriendo
¿Por qué me hace esto Dios?”.
Estas palabras señalan una colisión de choques espirituales en proceso.
Cualquier versión de una pregunta que comience con un “por qué”, cuando se dirige o se refiere al Dios de la Biblia, es terriblemente peligrosa. Aunque comience como una simple pregunta, poco a poco va acumulando otras preguntas sobre el carácter y las promesas de Dios, al tiempo que genera falsas suposiciones sobre nosotros mismos.
“¿Por qué (Dios) me harías esto? (Cuando yo no te he hecho nada parecido)”.
“¿Por qué un buen padre permitiría que esto le ocurriera a sus hijos? (Si yo fuera Dios no permitiría que ocurrieran estas cosas)”.
Preguntas como éstas sólo nos alejan de Dios.
Esta bien preguntarle a Dios, pero la forma en que lo hagas realmente importa. Aquí hay dos maneras de evitar las acusaciones contra Dios y la auto-justicia que tan fácilmente pueden formar parte de las preguntas de del tipo “por qué”.
Usa su nombre personal
Primero, pregunta “¿Por qué, Señor?”.
Cuando usamos su nombre menos personal (Dios), podemos deslizar algunas quejas y sentirnos bien por ello, pero habla con el Señor y todo cambia. Él es tu creador y salvador. Le perteneces. Es a la vez tu señor y el amante de tu alma. Tu respuesta es alabanza, agradecimiento y peticiones humildes.
Esto evitó que los salmistas se desviaran del camino.
¿Por qué, oh SEÑOR, te mantienes alejado, Y te escondes en tiempos de tribulación? (Salmo 10:1)
No es de sorprender que los salmistas terminaran con esperanza y confianza.
Tú lo has visto, porque has contemplado la malicia y el maltrato, para hacer justicia con Tu mano. A Ti se acoge el desvalido; Tú has sido amparo del huérfano… El Señor es Rey eternamente y para siempre; Las naciones han perecido de Su tierra. Oh Señor, Tú has oído el deseo de los humildes; Tú fortalecerás su corazón e inclinarás Tu oído para hacer justicia al huérfano y al afligido; Para que no vuelva a causar terror el hombre que es de la tierra (Salmo 10:14–18)
Los Salmos alientan una gran libertad de expresión. A nosotros el propio Señor nos anima a hablar abiertamente desde nuestro corazón. Lo único que pide es que sepamos con quién estamos hablando, lo cual es un requisito normal de cualquier conversación. No hablamos con un niño de la misma manera que con un adulto. Con el conocimiento de sus actos poderosos en mente, la pregunta que inicia con un “por qué” puede terminar bien.
Pregunta con esperanza
En segundo lugar, para cambiar de ritmo, y como forma de estar en sintonía con el estilo de los salmistas, considera otra pregunta:
“¿Hasta cuándo, Señor?”
¿Hasta cuándo, Señor? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro? (Salmo 13:1)
Esta es la pregunta más frecuente de los salmistas, y por buenas razones. El verdadero conocimiento de Dios es claro e ineludible. Él es quien librará a su pueblo. No hay duda de que él escucha y responde. La única pregunta es cuándo nuestros ojos estarán lo suficientemente abiertos para ver su poderosa mano en acción. La esperanza está incorporada a la pregunta; una conclusión optimista está garantizada.
Pero yo en Tu misericordia he confiado; Mi corazón se regocijará en Tu salvación. Cantaré al Señor, Porque me ha llenado de bienes. (Salmo 13:5-6)
“¿Por qué, Señor?” Esto toma nuestras preguntas que comienzan con un “por qué” y les añade humildad.
“¿Hasta cuándo, Señor? Esta pregunta considera nuestro sufrimiento y lo impregna de esperanza.
Esta traducción tiene concedido el Copyright © (11 de septiembre de 2022) de The Christian Counseling & Educational Foundation (CCEF). El artículo original titulado “How to Talk to God When Your Are Suffering”, Copyright © 2011 fue escrito por Ed Welch. El contenido completo está protegido por los derechos de autor y no puede ser reproducido sin el permiso escrito otorgado por CCEF. Este artículo fue traducido íntegramente con el permiso de The Christian Counseling & Educational Foundation (CCEF) por José Luis Flores, Editorial EBI. La traducción es responsabilidad exclusiva del traductor.
This translation is copyrighted © (septiembre 11, 2022) by the Christian Counseling & Educational Foundation (CCEF). The original article entitled “How to Talk to God When Your Are Suffering”, Copyright © 2011 was written by Ed Welch . All content is protected by copyright and may not be reproduced in any manner without written permission from CCEF. Translated in full with permission from the Christian Counseling & Educational Foundation (CCEF) by José Luis Flores, Editorial EBI. Sole responsibility of the translation rests with the translator.
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