El engaño del utilitarismo

A muchas personas creyentes (y algunos no creyentes) les llama la atención entender más de la Biblia porque ven en ella un medio para resolver sus problemas, o porque creen que en ella hay secretos acerca del éxito y la superación personal. Al hacer esto, están cayendo sin darse cuenta en algo que se conoce como el “utilitarismo” ¿Qué es esto? El diccionario de la Real Academia Española lo define de la siguiente manera: Actitud que valora exageradamente la utilidad y antepone a todo su consecución.[1] Esto habla de una persona que valora solamente aquello que cree que trae un beneficio, y en este sentido una persona puede llegar a ver el valor en la Biblia, si y solo si, esta sirve para sus propósitos personales. Esto explicaría porqué muchas veces se llenan estudios que tienen que ver con finanzas, con el título de “finanzas bíblicas”, también los problemas matrimoniales son una realidad en muchas iglesias y, ¿quién no quisiera ir a un estudio que trate de “cinco consejos prácticos para un matrimonio exitoso”? O ¿qué tal, “liderazgo bíblico”?

No se debe malentender esto, no quiere decir que está mal ir a un estudio matrimonial, o que no debe de enseñarse acerca de finanzas en la iglesia, o que incluso se profundice acerca del verdadero liderazgo según las Escrituras – el cual está basado en el servicio según Cristo (Mateo 20:27) –; pero ¿existe el mismo interés para estudiar acerca del carácter de Dios? ¿Qué tal un estudio acerca de la kenosis de Cristo? ¿Qué tanto interés habría para estudiar acerca de la Trinidad o la trascendencia de Dios? Ciertamente hay muchos creyentes que se verían interesados, pero la realidad observable es que no suelen ser el tipo de estudios más concurridos, y hay que analizar si esto se debe a una visión distorsionada y utilitaria de la Biblia.

El punto de partida es importante

Probablemente todos hemos escuchado la frase: “la Biblia es el manual de Dios para tu vida”; en cierto sentido esto es correcto, Deuteronomio 29:29 dice:

Las cosas secretas pertenecen al SEÑOR nuestro Dios, mas las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin de que guardemos todas las palabras de esta ley.

Pero el problema está en dejar la Biblia solo como el manual de Dios para tu vida; la Biblia es más que eso, es la “revelación de Dios”, o sea, es el medio por el cual Dios se ha dado a conocer de manera especial – si bien se ha revelado también en la creación (Salmo 19:1-6; Romanos 1:18-20) – por lo tanto, si la Biblia es la revelación de Dios, entonces esta es para conocer a Dios.

Esto es fundamental para tener una actitud correcta hacia la Biblia; Jesús dijo: Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. (Juan 17:3). 

Si solo veo la Biblia como un manual, entonces el énfasis viene a ser la utilidad personal (de hecho, para eso son los manuales); pero hablar de la Biblia como “el medio por el cual Dios se ha dado a conocer” no niega la utilidad o provecho que la Biblia pueda darnos, sino que enfatiza que el centro es Dios mismo y no mi provecho, y que el beneficio es resultante de conocerle primeramente a él. Tal vez por eso hay ciertos temas que no son tan llamativos, porque tratan de conocerle más a él y no de solucionar las cosas que son de mi interés inmediato; si esto es así, solo revela algo en mi corazón, no estoy buscando a Dios sino el beneficio que él me pueda dar.

Tal vez por eso hay ciertos temas que no son tan llamativos, porque tratan de conocerle más a él y no de solucionar las cosas que son de mi interés inmediato; si esto es así, solo revela algo en mi corazón, no estoy buscando a Dios sino el beneficio que él me pueda dar.

Permíteme ilustrar este problema de la siguiente manera: imagina a un hombre recién casado platicando con su esposa, su esposa ha decidido darle a conocer a su esposo cosas que él no sabía de ella, y que para ella son muy profundas y personales. Estas tienen que ver con lo que a ella le gusta, sus mayores temores y cómo ella ve el mundo. La escena romántica termina con el esposo preguntando: ¿y eso a mí de qué me sirve? La respuesta es simple, esto solo evidencia que no le importa su esposa. Bajo ninguna circunstancia esta ilustración pretende mostrar la revelación de Dios como una esposa que le revela su corazón a su pareja, esto sería representar mal la revelación de Dios (ya que la revelación de Dios es infinitamente más que esto), pero lo que sí busca mostrar esta ilustración es que el utilitarismo revela algo de nuestro corazón. La revelación de Dios es primeramente para conocerle a él; si soy creyente se supone que ahora estoy, por la obra de Cristo, en relación con Dios, y no debo si quiera considerar una relación con él en la cual no busco conocerle más; como consecuencia de conocerle hay un provecho, una utilidad, y esta utilidad busca algo más que simplemente mis intereses personales -y tal vez egoístas.

Utilidad de la Palabra

  • Llevar al creyente a la madurez. Hebreos 5:14 dice:

Pero el alimento sólido es para los adultos, los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal.

Si bien el pasaje habla más explícitamente de que el alimento sólido es para los maduros en el sentido de que estos son capaces de procesarlo, y no que el alimento sólido es para alcanzar madurez, está implícito que este alimento sólido es para seguir madurando más. Dicha madurez, por el conjunto de la revelación bíblica ha de entenderse como seguir siendo transformado en la semejanza de Cristo.

  • Para la edificación del creyente y la iglesia en su carácter y capacitación para desempeñar la obra. 2 Timoteo 3:16-17 dice:

16 Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.

Aunque esto abarca el punto antes mencionado, incluye también la corrección del pecado y capacitación para toda buena obra.

  • Adoración a Dios más profunda. Efesios 1:16-19 dice:

16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo mención de vosotros en mis oraciones; 17 pidiendo que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en un mejor conocimiento de Él. 18 Mi oración es que los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, 18 y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de su poder.

Aquí Pablo menciona que en su oración pide para que los de Éfeso crezcan en entender mejor la esperanza que tienen en Cristo; esto solo puede llevar a una cosa, una adoración, agradecimiento y devoción más profunda a nuestro Señor.

Por lo tanto, debemos de llegar a la Biblia no como un manual de instrucciones para resolver nuestros problemas solamente, o para alcanzar nuestros intereses personales; sino entendiendo que esta es la revelación de Dios, en la cual él ha decidido darse a conocer: aquel Dios maravilloso y sublime que nos ha salvado, y que nos ofrece bendiciones superiores a las que podemos imaginar por la relación que tenemos con él por la obra de Cristo; y cuando conocemos más a Dios, lo único que podemos hacer es caer de rodillas maravillados.

Alguien ha dicho que “el estudio apropiado de la humanidad es el hombre”. No voy a negar este concepto, pero pienso que es igualmente cierto que el estudio apropiado para los elegidos de Dios es Dios mismo; el estudio apropiado para el cristiano es la Deidad. La ciencia más elevada, la especulación más encumbrada, la filosofía más vigorosa que puedan jamás ocupar la atención de un hijo de Dios, es el nombre, la naturaleza, la persona, la obra, los hechos y la existencia de ese gran Dios a quien llama Padre.[2]


[1] Real academia española, s.v. “utilitarismo”. https://dle.rae.es/utilitarismo (consultado el 18 de abril del 2022).

[2] J. I. Packer, El conocimiento del Dios Santo, (Miami, Florida: Editorial Vida, 2006), 19.


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