Vivimos en un mundo que nos bombardea con mensajes acerca de la crianza de los hijos. Existe un sinfín de pedagogos y psicólogos con páginas de internet. Se comparten videos en Facebook que afirman tener el respaldo de la investigación más reciente. Se diseñan memes que corren como pólvora por los grupos de WhatsApp. Conceptos nuevos como “colecho”, “libre demanda”, “apego”, “crianza respetuosa” se han vuelto de lo más común.
Curiosamente, podemos encontrar perspectivas opuestas, investigaciones contradictorias y guerras de memes discordantes. Tanta información puede dejar a los padres aturdidos y confundidos. ¿A quién le creo? ¿Qué estilo de crianza debo adoptar? Entre tanta locura, muchos se desesperan y siguen la corriente que parece más atractiva o que es más recomendada por sus amigos.
¿Esa es la mejor manera de criar a nuestros hijos? ¿Dónde podemos voltear para encontrar una respuesta fidedigna? La respuesta es simple: volteamos a la Palabra de Dios, el único Libro inspirado, inerrante, perfecto, autoritativo, eterno y suficiente.
Para ayudar a los padres a encontrar algo de sabiduría, estamos lanzando un nuevo ministerio llamado “Crianza Reverente”. Con el lema “Tú y tus hijos delante de Dios”, buscamos enfocar a los padres en una crianza que refleje el temor de Dios en cada momento y que evalúe la información acerca de la crianza a la luz de la Palabra de Dios.
Este ministerio servirá a los padres cristianos de las siguientes maneras:
- Un podcast semanal realizado por Susi Bixby tratando temas de la crianza bíblica
- Una página de internet con artículos y recursos centrados en la familia cristiana
- Conferencias dirigidas a padres, madres y familias de las iglesias locales del mundo hispano
Con este nuevo ministerio deseamos servir a Dios y ser de bendición a familias cristianas. Les invitamos a buscar Crianza Reverente en Instagram o Facebook y darle “like”, seguir y compartir la página. También puede buscar el podcast en Spotify, Anchor.fm o en www.crianzareverente.com.
¿Cómo es una crianza reverente? Hay siete principios que la fundamentan.
- Dios: Creador y Autoridad absoluta sobre la familia.
Puesto que Dios es el Creador y Diseñador de cada padre, madre, e hijo, reconocemos que Él tiene autoridad absoluta en nuestras vidas y que los hijos no pertenecen a los padres. Cada aspecto de nuestra vida física, emocional y espiritual debe someterse a su soberana autoridad. Es el Experto que ha provisto todo para la vida y la piedad. - La Palabra: recurso esencial y suficiente para la crianza.
Puesto que la Palabra de Dios es la revelación completa de su persona y voluntad, la tomamos como el único recurso esencial y suficiente para la crianza de los hijos. Creemos que la Palabra contiene cada principio necesario para entender quién es Dios, quién soy yo como padre o madre, quién es mi hijo, cuáles son sus necesidades y cómo suplirlas. - La reverencia: el estilo de vida de la crianza.
Puesto que Dios establece el temor de Jehová como el estilo de vida que le agrada y el único camino a la sabiduría, los padres buscamos vivir cada momento de la crianza en reverencia delante de Dios. Vivir en el temor de Jehová implica respetarle, adorarle, y reconocerle en todos nuestros caminos. Al vivir en reverencia estaremos cumpliendo la razón de ser de toda persona: adorar a Dios de todo corazón. - La familia: creada para extender el reino de Dios en la tierra.
Puesto que Dios creó a la familia con el propósito de extender su reino sobre la tierra, los padres somos representantes y embajadores de Dios en el hogar. La salud espiritual de la familia brota de la devoción personal de cada padre y madre a Dios, y luego de su compromiso con cuidar de la relación humana más importante en el hogar (el matrimonio). Ya que la iglesia local también es una parte esencial del proceso de extender el reino de Dios y formar a los hijos en futuros embajadores del reino, el compromiso con ella forma parte esencial de una crianza reverente. - Los hijos: personas independientes y pecadoras, necesitadas de arrepentimiento y fe.
Puesto que la Biblia declara que la naturaleza fundamental de cada persona es pecadora, destituida de la gloria de Dios, aceptamos que los corazones de nuestros hijos son engañosos, en necesidad constante de arrepentimiento y fe en Cristo. Cada hijo es una persona independiente con necesidades, debilidades, y fortalezas propias. Los padres debemos pastorear con compasión y sensibilidad a cada hijo, disfrutándole como individuo. - Los padres: autoridad en el hogar para disciplinar y discipular.
Puesto que Dios otorga a los padres la autoridad en el hogar, ejercemos esa autoridad para disciplinar e instruir en el Señor. La jerarquía establecida por Dios (esposoàesposaàhijos) es para el beneficio mutuo de cada miembro de la familia. Los padres no debemos temer el exigir obediencia y honra, entendiendo que este es el camino de bendición para nuestros hijos. Cada padre dará cuenta por su propia familia, por lo que cada matrimonio toma decisiones para su propio hogar sin compararse con otras familias. - La meta: creyentes que glorifiquen a Dios y disfruten de Él para siempre.
Puesto que Dios tiene objetivos eternos y espirituales para sus hijos, los padres sometemos nuestras metas y métodos de crianza a sus objetivos trascendentes. Entendiendo que toda conducta fluye del corazón, nos enfocamos principalmente en instruir su mente, para informar su corazón, y así afectar su conducta (cabezaàcorazónàconducta), pastoreando y guiándoles hacia Cristo. Así podrán llegar a disfrutar de Dios al creerle, amarle, obedecerle y servirle de todo corazón.
¡Iniciamos el viaje!
Publicado originalmente en Palabra y Gracia
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