Una de las preguntas que me suelen hacer es cuál es la edad adecuada para darle un teléfono celular a un niño. Es difícil determinar con exactitud la edad o el momento perfectos para hacerlo. ¿Cuando entran a la escuela secundaria? ¿Cuando comienzan la adolescencia? ¿Tal vez cuando empiezan a conducir? ¿Quizá cuando tienen su primer trabajo? Cada vez hay más padres que están buscando una respuesta a esta pregunta.
Estos días, los niños empiezan a usar dispositivos electrónicos apenas pueden sostenerlos: los iPads, las tabletas y todos sus accesorios vienen en colores, formas y tamaños adecuados para las pequeñas manecitas. Los padres los usan para entretenimiento y educación ya en los años preescolares, y es común ver a un niño que apenas empieza a andar con el teléfono de su padre o madre mientras hacen fila, están sentados en una sala de espera o aguardan en alguna situación similar. Darle un teléfono inteligente a un niño pequeño no es una buena idea por muchas razones. Una campaña en Colorado, Estados Unidos, quiere prohibir la venta de teléfonos celulares a niños menores de trece años.[1] Considera las palabras de un artículo reciente publicado en Psych Central sobre el tema:
La Dra. Jenny Radesky, del Centro Médico Boston, empezó a preocuparse cuando notó la falta de interacción entre padres e hijos. Había observado que los teléfonos inteligentes y los dispositivos portátiles estaban interfiriendo con el vínculo y la atención parental. Radesky afirmó: “Ellos [los niños] aprenden un idioma, aprenden sobre sus sentimientos, aprenden a regularlos. Al mirarnos, aprenden cómo tener una conversación, cómo interpretar las expresiones faciales de otra persona. Y si esto no sucede, los niños se pierden hitos importantes del desarrollo”.[2]
Como padres, también deben preocuparnos estas cosas. Es necesario tener en cuenta estas cuestiones cuando le des a tu hijo cualquier tipo de pantalla.
Por una cuestión de claridad, en este capítulo me referiré principalmente a dispositivos con wifi y teléfonos inteligentes, ya que en general las preguntas apuntan hacia allí. Esta es mi respuesta. Es sencilla pero creo que responde mejor la pregunta. La clave no es cuándo sino cómo. Esto significa que cuándo (la edad) no es tan importante como el cómo a la hora de darles a tus hijos estos dispositivos. No quiere decir que el cuándo no sea importante. Estoy de acuerdo con las inquietudes de los expertos. Sin embargo, a menudo nos concentramos en el cuándo y pasamos por alto la gran importancia del cómo.
No creo que haya una edad mágica en la que un niño esté listo. Es importante considerar las ramificaciones evolutivas; en especial, en el caso de niños pequeños. Sin duda, es sabio no apurarlo, y es importante saber que, incluso cuando estén listos, se necesitará mucha guía por parte de los padres. Pero el cuándo debe ir estrechamente de la mano con el cómo. Al igual que muchas cosas, puede haber maneras buenas y no tan buenas de darle tecnología a tu hijo.
¿Tienes algún reproche o inquietud respecto a tu hijo y su dispositivo? Probablemente, uno de los reproches más grandes que tienen los padres es no haber trazado límites más claros desde el principio. Espero que lo que ya hablamos te haga pensar en cómo sería demostrar límites y guiar a tu hijo en el uso de pantallas. Sin embargo, cuando los padres toman la decisión de darles a sus hijos un teléfono inteligente, ellos (y sus hijos) pueden creer que el dispositivo y la actividad del niño en él no están abiertos a la indagación y confiscación por parte de los padres. Les parece invasivo saber cómo el niño está usando el dispositivo. Esta concepción no es para nada saludable.
Pero plantea una pregunta: “¿Cómo sería ser parte de su vida y no tan solo meterse en sus asuntos?”. La respuesta de un padre a esta pregunta determinará cuán bien acompaña a su hijo en el uso de teléfonos y otros dispositivos digitales.
Una de las mejores maneras de hacerlo es empezando a tener conversaciones importantes sobre el uso de los teléfonos antes de que tu hijo tenga uno en sus manos. Cuando empiezas a sentir el impulso de darles un teléfono inteligente (en general, algo iniciado por tu hijo), tienes que comenzar a hablar sobre la responsabilidad de tener uno. Animo a los padres a que ayuden a su hijo a entender todo: el costo, los límites en la información, la privacidad, la seguridad en línea y las tentaciones serias que pueden surgir de tener un teléfono o dispositivo con conexión wifi.
Las conversaciones sobre los límites son una parte importante del cómo. ¿Has hablado con tus hijos sobre lo que pueden esperar cuando tengan un teléfono? Empieza a hablar sobre cómo será la vida cuando tenga un dispositivo. Lo más probable es que tú pagues el teléfono, así que sin duda tendrás el derecho de establecer las reglas. Pero incluso si tu hijo paga una parte o la totalidad del dispositivo, tú sigues siendo su padre o madre. Lo apropiado es que participes plenamente en este proceso.
Hablen de las reglas respecto a instalar aplicaciones, borrar contenido y usar las redes sociales. Animo a los padres a explorar junto con sus hijos las distintas aplicaciones. Conoce qué aplicaciones y plataformas de redes sociales están usando y úsalas tú mismo. Esto no quiere decir que los estés espiando. Significa que te estás ocupando de tus hijos. Gran parte de su interacción social se dará en esas plataformas, así que pon como regla que no te bloqueen de poder ver su perfil y su contenido. No hace falta que respondas a todas sus publicaciones ni que seas su fan número uno. En cambio, mantente presente. Amplía su comprensión de la rendición de cuentas, ayudándolo a ver que borrar cierto contenido —como mensajes de texto, fotos o actividad de búsqueda— es una forma de esconder y que puede ser el principio de un engaño. Si tus hijos te bloquean, esconden sus publicaciones o borran conversaciones, no es una buena señal. Es necesario conversar respecto a los límites que han establecido. Por esta razón es tan importante hablar de los límites antes de darles el teléfono. En general, se muestran mucho más dispuestos a acceder a los términos de uso antes de tener el dispositivo en sus manos.
Habla con ellos sobre los límites de datos. Un consejo que les doy a los padres es el siguiente: aun si el plan del teléfono de tu hijo tiene datos ilimitados, establece de todos modos un límite. Esto le ayudará a aprender desde temprano a administrar bien el tiempo y el uso de su teléfono. Probablemente, se conecten en tu casa a la red wifi, así que cuando están en casa, tienen la libertad de usar datos sin costo. Sin embargo, cuando están fuera de la casa, sentirán los límites de una cantidad acotada de datos. Los límites pueden ayudar a los niños a detenerse y considerar si vale la pena mirar ese próximo video, volver a revisar el contenido (feed) de las redes sociales de sus amigos o mirar una vez más para ver si alguien le dio “me gusta” a su última publicación. Los límites no son grilletes para tus hijos. Están ahí para protegerlos y ayudarlos a ser usuarios sabios de sus pantallas. El plan del teléfono tal vez ponga los límites en el uso de los datos y esto te libere de tener que administrar cada detalle de su tiempo.
¡Deja que se les terminen los datos y verás que pasan mucho menos tiempo con sus dispositivos!
Lo más sabio es proteger un teléfono celular con una contraseña. Tus hijos también deberían hacerlo. Pero tú deberías crear una contraseña por ellos o con ellos. Comunícales que, para cambiar la contraseña, tendrán que avisarte. Los filtros protectores son otra cosa que hay que explorar antes de darles a tus hijos un dispositivo con wifi. Estos filtros no son sustitutos para la participación de los padres, pero sí añaden una capa de protección que puede resultar útil.
Por último, decidan qué lugares o momentos estarán libres de pantallas. Determinen dónde estará el teléfono durante la noche, en qué momento quedará ahí y a qué hora se puede tomar por la mañana.
Estos son algunos de los límites acerca de los cuales es importante conversar. Sin duda, cada familia tendrá su propia versión del uso adecuado del teléfono celular, pero hablar de estas cosas antes de darle un teléfono a tu hijo lo prepara para tener uno. Si tu hijo se resiste a alguna de estas cosas incluso antes de tener un dispositivo, lo más probable es que no esté listo para tenerlo. Es mi esperanza que esto te ayude a darte cuenta de que el cómo es mucho más importante que el cuándo a la hora de darle un teléfono a tu hijo.
[1] Brett Molina, When Is The Right Age To Buy Your Child A Smartphone, USA Today, 24 de agosto de 2017, www. usatoday.com: http://bit.ly/usatoday_smartphone
[2] Amy Williams, How Do Smartphones Affect Childhood Psychology?, Psych Central, 17 de julio de 2016, www. psychcentral.com: http://bit.ly/psych_central_phones
En un contexto donde la tecnología desempeña un papel crucial en nuestras vidas, especialmente en la crianza de los hijos, Eliza Huie, consejera cristiana y madre, comparte cinco consejos basados en la Biblia para enfrentar este desafío. Aborda la necesidad de tomar decisiones sabias en el uso de la tecnología, destacando la importancia de cultivar el amor por Dios y el servicio mutuo en este entorno saturado de pantallas.
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