¿Qué pasa con las dificultades de nuestro pasado que hace que sea difícil hablar de ellas? Tal vez sea porque esas dificultades se sienten como una parte tan grande de nuestra identidad, y tenemos vergüenza o culpa ligada a ellas. O tal vez sea porque no conocemos a nadie en nuestra iglesia como modelo a seguir a la hora de hablar sobre el pasado. Después de todo, ¿cuándo fue la última vez que tu iglesia enseñó a lidiar con el pasado?
Sin embargo, todo el mundo en la iglesia tiene un pasado. Y si vamos a ser mayordomos y a tomar dominio sobre lo que Dios nos da ( es decir, usar lo que se nos da para su gloria y nuestro crecimiento en Cristo), entonces necesitamos aprender a procesar y responder bien a las dificultades de nuestro pasado.
Dado que vivimos en un mundo caído, existe la posibilidad de que alguien a quien tú discipulas o aconsejas tenga un pasado profundamente doloroso e impactante que necesita un pastoreo suave para poder manejarlo. Este artículo plantea tres preguntas que podemos hacer para iniciar la conversación.
Empezar bien: ¿Cuál es tu historia?
Al igual que Dios nos invita a llevarle nuestras cargas, nosotros empezamos invitando a nuestros amigos a compartir sus historias con nosotros.
Y es que por muy doloroso, culpable o injusto que sea el pasado de alguien, cada historia importa. Importa porque Dios se preocupa por ellas y espera que llevemos las cargas de los demás. Importa porque necesitamos saber cómo afecta el pasado a la vida de alguien y a su crecimiento en la piedad (más adelante se hablará de esto). Y es importante porque hablar del pasado es el primer paso para sanar.
Si compartirlo es demasiado doloroso, comience con algo pequeño. Debes estar dispuesto a escuchar partes de sus historias a lo largo de muchas conversaciones. Pida unas pocas palabras que capturen su pasado. A continuación, pídeles que añadan unas cuantas frases a cada palabra y que partan de ahí.
Profundice: ¿Cómo te afecta tu pasado?
Hablar del pasado es el primer paso, pero ahora tenemos que entender cómo afecta el pasado a nuestros amigos.
Algunas áreas a descubrir son cómo el pasado influye en la forma en que se relacionan con los demás o con Dios, cómo se ven a sí mismos y cómo se enfrentan a la decepción, al estrés o a cualquier tipo de dificultad.
Hacer el trabajo duro de escuchar las historias de otros y cómo esas historias los impactan nos ayuda a saber qué verdades bíblicas específicas y qué aspectos prácticos específicos serán útiles y relevantes. Nos aleja de los tópicos genéricos. También puede ayudarles a sentir que pueden confiar en ti para que cualquier consejo que des sea mejor recibido. Esto es importante, ya que las historias de otros pueden incluir alguna teología o respuesta incorrecta al pasado. Pero no tienes que estar de acuerdo con ellos o haber experimentado lo mismo para saber cómo ayudarles a sentirse escuchados y que estás caminando a su lado.
Avanzar en el día a día: ¿a dónde acudir?
Rara vez el pasado se resuelve rápidamente. Suele ser una lucha continua, con reveses mezclados con el crecimiento en Cristo. Seguir adelante a menudo significa enfrentarse a bifurcaciones en el camino. Considera las siguientes opciones: una actividad de evasión que amortigua el dolor de los malos recuerdos o da la ilusión de control; una desestimación del pasado a pesar de que Dios quiere que tomemos dominio sobre él; o volverse regularmente al Señor eligiendo vivir como Cristo.
Así que preguntamos a nuestros amigos, ¿a dónde se dirigen?
Más concretamente, ¿a dónde se dirigen cuando surgen los recuerdos y necesitan procesar sus historias u obtener una perspectiva? ¿Adónde acuden cuando sólo quieren gritar o decir cuánto les duele? Y por último, ¿cómo influye el lugar al que acuden regularmente en su amor por el Señor y en su crecimiento en Cristo?
En algún momento, pasamos de escuchar y comprender a alentarlos en las áreas en las que están haciendo bien las cosas y a considerar la manera más apropiada de dirigirlos hacia una respuesta más bíblica a su pasado.
He aquí algunas formas de animar a nuestros amigos a volverse al Señor:
Como hace David en el Salmo 145 (donde alaba a Dios usando todas las letras del alfabeto hebreo), haz que alaben a Dios con todas las letras del alfabeto en español y observa cómo eso les hace pensar en formas no tan obvias de recordar cómo Dios ha sido fiel.
- Ayúdales a armar algunas historias de cómo ellos u otros han crecido en Cristo debido a las dificultades.
- Pídales que miren al cielo para recordar lo asombroso y grande que es Dios y que los ha llamado a ser sus hijos y embajadores.
- Recomiéndales buenos libros como Dark Clouds Deep Mercy (Nubes Oscuras, Misericordia Profunda), de Mark Vroegop, que trata de cómo acudir a Dios con cruda honestidad en el dolor de la vida; A Painful Past (Un Pasado Doloroso), de Lauren Whitman, que ofrece devocionales diarios sobre las formas de acudir al Señor mientras se navega por el pasado; o Putting Your Past in Its Place (Poniendo tu Pasado en su Lugar), de Steve Viars, que ayuda a desglosar los matices de nuestras respuestas al pasado de una manera amable y bíblicamente enfocada.
- Fomente una comprensión sólida en las áreas de la soberanía de Dios y sus propósitos en el sufrimiento y en las relaciones, ya que comprender esos puntos teológicos tiene un gran impacto en la forma en que las personas ven sus dificultades pasadas.
Conclusión
Las dificultades del pasado no tienen por qué dominarnos; podemos moldearlas y tomar dominio sobre ellas.
Y es que, sea cual sea nuestro pasado, el carácter de Dios y su Palabra tienen algo que decir. Su justicia significa que Él tiene la última palabra sobre los que nos han hecho daño (Rom. 12:9). Su propósito en las pruebas significa que el pasado no fue inútil (1 Pedro 1:6-7). Su gracia es mayor que nuestro pecado (Romanos 8:1). Y tenemos una nueva identidad y un propósito glorioso como hijos adoptados por Dios (2 Cor. 5: 17-20).
Preguntas para reflexionar
1. Al ver las preguntas anteriores, ¿en qué áreas necesitas crecer para ayudar efectivamente a los demás?
2. Líderes de la Iglesia, ¿cómo pueden modelar el hablar del pasado de una manera honesta pero esperanzadora?
Este artículo fue publicado originalmente en Biblical Couseling Coalition
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