Los libros proféticos son libros que suelen atraer el temor para muchos creyentes que no se sienten listos para estudiarlos, y en muchos casos es debido a la idea de que los libros proféticos solo tratan de profecías que tienen que ver con los acontecimientos de los últimos días de la humanidad. 

Déjame informarte que los libros proféticos son primeramente exhortaciones al pueblo de Dios por su pecado y, por el mismo hecho de que son exhortaciones por el pecado del pueblo, estos tienen mucho material para llevarnos a la reflexión. Al decir esto no pretendemos negar que haya porciones relacionadas a la obra de Dios en el futuro, pero ciertamente podemos afirmar con tranquilidad que la mayoría de su contenido son exhortaciones a la gente de su tiempo. Para poder apreciar esto, vamos a ver un poco del libro más pequeño de los proféticos, Abdías.

Lo primero que hay que mencionar es que la profecía de Abdías va dirigida al pueblo de Edom, y aunque no estés familiarizado con los nombres de los pueblos, lo que tienes que saber es que se tratan de los descendientes del hermano de Jacob, Esaú (Gn 25:19-34; 27; 32:1-21; 33:1-17). ¿Qué querría Dios decirle a este pueblo? Para responder esto vamos a centrarnos en algunos versículos del libro que, aunque corto, hay más que decir de él que lo que mencionaremos ahora.

La soberbia de tu corazón te ha engañado,
Tú que habitas en las hendiduras de la peña,
En las alturas de tu morada;
Que dices en tu corazón:
“¿Quién me derribará por tierra?”

Abdías 3

La primera razón por la cual Dios manda a amonestar a los edomitas es por su soberbia. En muchos pasajes de la Escritura Dios amonesta fuertemente contra este mismo pecado, por ejemplo el libro de Proverbios dice:

El temor del SEÑOR es aborrecer el mal.
El orgullo, la arrogancia, el mal camino
Y la boca perversa, yo aborrezco.

Proverbios 8:13

Dios aborrece la soberbia y la arrogancia y no dejará sin reprensión a aquel que persevera en ella. Pero ¿de qué se habían enaltecido los edomitas? El mismo verso 3 dice que su corazón los ha engañado, ellos habitan en las hendiduras de las peñas en una altísima morada y se preguntan quién los derribará de ahí. Para entender esta parte del verso es necesario también saber algo acerca de la geografía en la que se encontraba la nación. 

Los edomitas habitaban en el desierto al sur de Israel, se trata de una zona muy rocosa; de hecho, Petra, una de las siete maravillas del mundo moderno, al parecer le perteneció a los edomitas y ésta es una ciudad esculpida en la roca. Y aunque Petra pudiera ser una buena referencia de lo que habla el versículo, la verdad es que para el contexto parece ser más viable pensar en Bosra (Amós 1:12 habla del juicio que habrá en Bosra por el pecado de Edom).

¿Qué es Bosra? Es un monte en donde se encontraba una de las ciudades principales de los edomitas, esto era una ventaja militar en los tiempos bíblicos; cualquiera que quisiere atacar la ciudad sería blanco fácil desde arriba del monte. Por lo tanto, ellos creían que eran intocables, invencibles, pero Dios les recuerda que, aunque ellos crean que son intocables, no hay quien pueda escaparse de Dios, por eso Él dice:

Aunque te remontes como el águila,
Y aunque entre las estrellas pongas tu nido,
De allí te derribaré», declara el SEÑOR.

Abdías 4

Entonces lo primero que podemos decir de los edomitas es que se habían autoengañado por su orgullo, pero la amonestación no se queda ahí. Los edomitas tenían otro problema, y es que por su maldad ellos habían cometido un gran pecado contra sus parientes.

Por la violencia contra tu hermano Jacob,
Te cubrirá la vergüenza,
Y serás cortado para siempre.
El día que te pusiste a un lado,
El día en que extraños se llevaban su riqueza,
Y extranjeros entraban por su puerta
Y sobre Jerusalén echaban suertes,
Tú también eras como uno de ellos.

Abdías 10-11

¿De cuál violencia a Jacob está hablando? Para esto hay por lo menos cuatro posibilidades (1 R 14:25-26; 2 Reyes 24-25; 2 Cr 21:8-20; 25), ya que el contexto va a hablar de una batalla contra Jerusalén pero, aunque no vayamos a ahondar de cuál de todas las batallas fue, lo que si podemos decir es que los edomitas se aprovecharon de esta batalla entre Jerusalén y otro pueblo para atacar también a los israelitas. Para saber un poco más de esta falta de los edomitas, es de mucha ayuda el libro de Amós.

Así dice el SEÑOR:
Por tres transgresiones de Edom, y por cuatro,
No revocaré su castigo,
Porque con espada persiguió a su hermano,
Y suprimió su compasión;
Su ira continuó despedazando
Y mantuvo su furor para siempre”.

Amós 1:11

Amós dice que Edom persiguió a su hermano, esto se debe a lo que ya habíamos mencionado: los edomitas son descendientes de Esaú, el cual es hermano del Padre de Israel, Jacob. Los edomitas no tuvieron compasión hacia sus hermanos (o primos) y los persiguieron a espada para matarlos; esto de alguna manera nos hace recordar la historia de Abel y Caín, el cual mató a su hermano. Lo interesante es que la enemistad entre ambos pueblos se puede remontar a la relación que hubo entre sus mismos padres Esaú y Jacob. 

En Génesis 27 Jacob suplanta a su hermano para quedarse con la bendición de su padre Isaac; el capítulo termina con Rebeca aconsejando a Jacob huir porque su hermano quiere matarlo. Aunque en el capítulo 33 de Génesis pareciera que hay reconciliación entre ambos, la verdad es que la enemistad entre sus descendientes continuó en siglos posteriores (como en Números 20:14-21).

Suponiendo que Abdías fuere escrito alrededor de finales siglo IX a.C. (algunos proponen que es más tardío), tendríamos alrededor de un milenio de diferencia entre lo sucedido con Esaú y Jacob y lo que nos relata el libro de Abdías. Esto nos deja con la siguiente pregunta ¿hasta qué punto pueden llegar los conflictos familiares y el rencor (Gn 27:41)? Los edomitas llegaron a gozarse en la calamidad de sus hermanos y por lo tanto dice:

No te alegres en el día de tu hermano,
En el día de su exterminio.
No te alegres de los hijos de Judá
En el día de su destrucción.
Sí, no te jactes
En el día de su angustia.

Abdías 12

Cuando tenemos algo en contra de alguien más, una raíz de amargura, falta de perdón, enojo, no siempre intentamos lidiar con ello; al no tratarse de algo externo siempre, pareciera que no tiene ninguna afectación. La verdad es que el relato bíblico nos muestra que la amargura guardada en el corazón puede llegar a tener grandes afectaciones que en algunos casos puede tener repercusiones inmediatas, y en otros casos puede durar siglos. Tanto en un caso como en el otro podemos ver ejemplos que terminan con el asesinato. El libro de Abdías terminará hablando de cómo Dios hará juicio contra Edom y restaurará a Israel. 

Habiendo visto esto, podríamos hacernos las siguientes preguntas:

¿Has dejado que el orgullo te haga pensar que puedes escapar del justo juicio de Dios?

¿Has permitido que el rencor, enojo o amargura hagan nido en tu corazón?

¿Te alegras por el mal de aquellos con los que estás en conflicto?

Sin duda alguna el libro de Abdías nos lleva a reflexionar en la condición de nuestro corazón; pero aparte de ver la exhortación que nos hace Dios en Abdías, también te animo a seguir en el estudio de los libros proféticos para que Dios nos siga confrontando con la situación de nuestro corazón.


La Biblia y los eventos futuros

Este volumen es un excelente texto introductorio acerca de los eventos futuros para los institutos y seminarios, la iglesia o para uso personal. Los primeros dos capítulos del libro presentan los conceptos clave y establecen la importancia del estudio profético, una lista detallada y cronológica de eventos escatológicos y una definición completa de la terminología.


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