Locutor: Estimados oyentes, bienvenidos al programa de hoy. Pocas veces se tiene un privilegio como el que tenemos hoy. Estaremos entrevistando a un autor conocido mundialmente. De hecho, su libro sobre la crianza es el más vendido en toda la historia de la humanidad. A pesar de ser un libro antiguo, se sigue vendiendo. Además, este autor es un experto en temas como la filosofía, la ciencia e, incluso, la música. Su nivel de conocimiento es tal que es considerado el hombre más sabio de la tierra. Su bestseller sobre la crianza se llama Proverbios. Nuestro invitado es el autor y rey Salomón.

Rey Salomón, bienvenido a nuestro programa y gracias por estar con nosotros. Estamos en unos tiempos donde hay tantos estilos contradictorios sobre la crianza y quisiéramos hacerle unas preguntas para que nos ayudaras a discernir y saber cómo criar nuestros hijos.

Pero, primero, hablemos de su libro. ¿Qué le motivó a escribir su libro? ¿Para qué escribió Proverbios?

Salomón: Lo escribí para que mi hijo y otros jóvenes pudieran “adquirir sabiduría y disciplina; para discernir palabras de inteligencia; para recibir la corrección que dan la prudencia, la rectitud, la justicia y la equidad; para infundir sagacidad en los inexpertos, conocimiento y discreción en los jóvenes” (Pr. 1:2-4 NVI)

Locutor: Entonces, lo escribió para que los niños y jóvenes adquirieran sabiduría. Gracias. ¿Qué diría usted que es esencial para poder alcanzar la sabiduría?

Salomón: “El temor del SEÑOR es el principio del conocimiento; los necios desprecian la sabiduría y la disciplina” (Pr. 1:7 NVI).

Locutor: Y en la práctica, ¿cómo se ve eso? O sea, ¿cómo puede el joven ser sabio? 

Salomón: El hijo debe escuchar “las correcciones de su padre y no abandonar las enseñanzas de su madre” (Pr. 1:8 NVI2:13:14:15:16:207:12423:151922).

Locutor: Y, rey Salomón, ¿qué objetivo tiene en mente cuando da esa instrucción? ¿A dónde quiere llegar? 

Salomón: Quiero que mi hijo me dé su corazón y que sus ojos miren por mis caminos (Pr. 23:26).

Locutor: Entonces, quiere compartirle enseñanza (cabeza) que llegue a su corazón y que eso afecte su caminar (conducta). Fascinante. Ese equilibrio es tan importante el día de hoy. Muchos estilos de crianza solo enfocan las emociones (el corazón), la cabeza o la conducta. Pero es sabio tratar con los tres.

Salomón: Sí, por eso quiero que mi hijo me escuche, para que sea sabio (cabeza) y enderece su corazón al camino que yo le enseño (Pr. 23:19).

Locutor: Hoy día las corrientes más populares nos dicen que no nos preocupemos por la conducta de nuestros hijos, sino solo por su corazón, sus emociones y su autoestima. Pero la conducta es importante también, ¿verdad?

Salomón: Si claro, porque “por sus hechos el niño deja entrever si su conducta será pura y recta” (Pr. 20:11 NVI).

Locutor: Pero, rey Salomón, hoy se nos dice que lo peor que un padre puede hacer es imponerle algo a su hijo. El niño es una persona con sentimientos y opiniones que son igualmente válidas como las de cualquier adulto. El padre debe respetar eso en su hijo. No le debe imponer nada. De hecho, se dice que el problema somos los padres que interferimos con el proceso natural de aprendizaje y desarrollo. Si los padres nos hacemos a un lado, la naturaleza del niño garantizará que todo saldrá bien. ¿Qué opina sobre esto? ¿Realmente los padres necesitan instruir a sus hijos? 

Salomón: Sí, es necesario porque “la necedad es parte del corazón juvenil” (Pr. 22:15).

Locutor: Increíble. ¡Tan diferente a lo que escuchamos hoy! Nos estás diciendo que la naturaleza del niño no es buena. Entonces, ¿cómo reacciona un hijo a la instrucción que debería escuchar? 

Salomón: Él desprecia la sabiduría y la disciplina, y rechaza el temor de Dios (Pr. 1:729).

Locutor: O sea que si dejamos al niño caminar en su propio camino, ¿a dónde terminará?

Salomón: Para el joven necio, su opinión siempre es la correcta, pero ese camino que le parece recto acaba en la muerte (Pr. 12:1514:12).

Locutor: Gracias por su sabiduría. Esto significa que no podemos dejar al niño caminar en su propio camino. Por esto es tan importante que su padre le instruya.

Pero, rey Salomón, esto me hace pensar en algo que ya nos comentaste. Nos dijiste que el niño es necio y rechazará la instrucción. ¿Qué debe hacer el padre cuando su hijo no escucha? 

Salomón: “Para el descarriado, disciplina severa” (Pr 15:10).

Locutor: Esto está completamente en contra de lo que nos dicen las corrientes populares de crianza hoy en día. Hablan de imponer “límites y disciplina razonable, no punitiva, sin violencia”. Punitiva significa “castigo”. Y cuando hablan de violencia, están diciendo que la disciplina que usted está recomendando, Salomón, es “violencia”. Usted, como el hombre más sabio de la tierra, está en desacuerdo.

Pero, muchos padres el día de hoy dicen cosas como estas: “No me gusta disciplinar a mis hijos”“Todos mis amigos me dicen que no lo haga”“Los psicólogos dicen que es dañino. No sé por qué lo haría”¿Por qué recomienda la disciplina corporal? 

Salomón: Porque “la necedad es parte del corazón juvenil, pero la vara de la disciplina la corrige” (Pr. 22:15 NVI). La vara de la disciplina imparte sabiduría”, pero al no aplicar la vara, el resultado es un “hijo malcriado que avergüenza a su madre” (Pr. 29:15 NVI).

Locutor: Pero, algunos abogan que esa disciplina es abuso. Que puedes llegar a lastimarlos físicamente.

Salomón: “No dejes de disciplinar al joven, que de unos cuantos azotes no se morirá. Dale unos buenos azotes, y así lo librarás del sepulcro” (Pr. 23:13-14 NVI).

Locutor: Vaya, ¡esas son palabras fuertes! Pero ¿cómo les afecta emocionalmente? La disciplina les hace enojarse y llenarse de odio hacia sus padres. Tal parece que el castigo no produce resultados positivos en la vida de los niños.

Salomón: Eso es incorrecto. Disciplina a tu hijo, y te traerá tranquilidad; te dará muchas satisfacciones” (Pr. 29:17 NVI).

Locutor: Los psicólogos y pedagogos hoy día nos dicen que la disciplina solamente es una forma arcaica e inhumana del conductismo, que solamente cambia la conducta, pero que no cambia el interior. En su vasta experiencia y gran sabiduría, ¿cómo respondería?

Salomón: “Los azotes purgan lo más íntimo del ser” (Pr. 20:30 NVI).

Locutor: ¿Qué les diría a los padres que dicen que no pueden disciplinar a sus hijos porque los aman demasiado como para darles “unos buenos azotes”, como usted dice?

Salomón: “No corregir al hijo es no quererlo; amarlo es disciplinarlo” (Pr. 13:24 NVI).

Locutor: La verdad es que nunca lo había visto así. Algunos dirían que la disciplina corporal va en contra del carácter de Dios. Dios es un Dios de gracia y perdón y misericordia. ¿No deberían los padres ser así con sus hijos?

Salomón: “El SEÑOR disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido” (Pr. 3:12 NVI).

Locutor: Tiene usted razón. Entonces, si queremos seguir el ejemplo de Dios también aplicaremos la disciplina.

Bueno, se nos está acabando el tiempo que tenemos. ¿Tiene algunas palabras finales que le diría al padre que todavía está dudando sobre sus palabras?

Salomón: “¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores desearán el burlar, y los insensatos aborrecerán la ciencia?” (Pr. 1:22 RV60).

Locutor: Pocas personas se atreven a hablar con su firmeza. ¡Está afirmando que todos los que no siguen su libro son necios! No estamos acostumbrados a hablar así en nuestros tiempos. ¿Por qué habla con tanto dogmatismo?

Salomón: Quiero evitarles un futuro doloroso. “Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová, Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía, Comerán del fruto de su camino, Y serán hastiados de sus propios consejos” (Pr. 1:29-31 RV60).

Locutor: Con estas palabras tan fuertes que nos dejan mucho para la reflexión, concluimos esta entrevista con nuestro invitado especial, el autor más sabio de toda la tierra. La verdad es que ha sido un increíble placer conversar con nuestro invitado. Gracias por tomarse el tiempo de conversar con nosotros, rey Salomón.

A todos los padres que están escuchando, les recomendamos leer su bestseller Proverbios. Lo puede adquirir en su librería más cercana o en línea de forma gratuita.

¡Hasta la próxima!

Lecciones

La enseñanza de Salomón nos deja con varios puntos que resaltar. (1) Los padres son responsables de dirigir la crianza de sus hijos. No deben dejar que el niño marque la pauta en su propia crianza. (2) Todo niño nace siendo necio y llega a ser sabio escuchando y obedeciendo la instrucción de sus padres, no siguiendo sus propios instintos o deseos, que le llevan a la muerte. (3) La disciplina física es instituida por Dios, pero debe ser aplicada correctamente, sin caer en el abuso físico. (4) Finalmente, el temor de Jehová es la clave verdadera para la vida sabia. Sin ello, solo hay miseria y ruina. Roguemos a Dios que haga su obra en el corazón de nuestros hijos por medio del Evangelio de Jesucristo.


Criando con palabras de gracia

Lo que dices y cómo lo dices tiene la capacidad de invitar a tus hijos a profundizar la relación contigo o de alejarlos. Es más, en un sentido muy real, tus palabras representan —o representan mal— las Palabra de Dios a sus hijos. Esto significa que tienen el poder de determinar la manera en que tus hijos vean a su Padre celestial.


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