«Siempre priorizas el trabajo sobre mí».
«Nunca tienes en cuenta mis sentimientos».
«Tu única preocupación es tu propia comodidad».

He aquí una regla universal para los consejeros matrimoniales: no permitan que las parejas se hablen en absolutos. Sabemos que cuando las parejas utilizan palabras como siemprenunca y sólo para describir el comportamiento del otro o para expresar una queja, no ayudará a resolver su conflicto. Estas palabras exageran y sobregeneralizan de tal manera que provocan que el cónyuge se ponga a la defensiva. En lugar de considerar y hablar sobre la preocupación de su cónyuge, el cónyuge acusado se verá tentado a demostrar que no siempre es culpable de tal o cual comportamiento.

Así que es fácil ver lo acertado de alejar a las parejas de ese tipo de lenguaje. Sin embargo, no es fácil controlar nuestras palabras, ¿verdad? Cuando las emociones están a flor de piel, cuando estamos convencidos de que tenemos algo que decir para llevar la delantera en la discusión, cuando estamos hirviendo de ira, todos somos propensos a recurrir a generalizaciones exageradas para describir a nuestro cónyuge.

Dada la tendencia a utilizar ese tipo de lenguaje, a pesar de que sabemos que no ayuda, es importante ir más allá de la regla de «no utilizar absolutos» y profundizar en el núcleo de la ofensa y en lo que está en juego cuando utilizamos esas exageraciones.

El corazón de la ofensa es este: nuestro uso de absolutos no tiene en cuenta que el Espíritu Santo está trabajando en esta área de la vida de nuestro cónyuge. Las parejas tienden a tener conflictos repetitivos, así que usualmente el comportamiento preocupante del que estamos hablando es uno del que ya hemos hablado antes. Pero con la adición del lenguaje absoluto, estamos esencialmente declarando que no vemos ningún progreso en esta área. Con la adición del lenguaje absoluto, estamos esencialmente declarando que no tenemos ninguna esperanza de que se produzcan progresos. ¿Qué consecuencias tiene esto? Sin duda, el uso de absolutos avergonzará a tu cónyuge. Hace una afirmación sobre quién es ella: «Esto es lo que siempre (o nunca) haces». ¿Cuál es el mensaje? «Este (comportamiento) es lo que eres». Pero imagínese si su cónyuge realmente ha estado buscando crecer en esta área. Ella se sentirá profundamente desanimada. Será vulnerable a la desesperanza: ¿De qué sirve tratar de crecer si mi esposo no ve que lo estoy intentando? Tal vez incluso dude de la obra y la actividad del Espíritu en su vida.

Así que, por supuesto, quiero evitar que tenga este impacto en su cónyuge, pero también quiero que esté alerta de que su atracción hacia los absolutos es un momento en el que su fe está siendo puesta a prueba. Evitar decir siemprenunca sólo no es sólo un ejercicio de autocontrol. También es una ocasión para que luches con lo que crees. 

  • ¿Realmente crees que Dios se ha comprometido a ayudar a tu esposa a crecer?
  • ¿Confías en que Aquel que ha iniciado su buena obra en tu marido sigue ocupándose de su crecimiento, incluso en medio de vuestras luchas matrimoniales y de sus evidentes defectos?
  • ¿Estás dispuesto, incluso cuando estás desanimado, a pedirle a Dios que te ayude a ver las formas en que Él está obrando en tu esposo? Aunque sean pequeños pasos de bebé, ¿los verás? ¿Y te dejarás animar por ellos, reconociendo que indican la realidad de un Dios que se queda con su pueblo y sigue minando las cosas que lo hacen antipático (2 Co. 3:18)?

Ver la obra del Espíritu en nuestra pareja no significa que ignoremos los problemas reales. Los esposos y las esposas deben hablar de sus preocupaciones para responsabilizarse mutuamente e invertir en la salud y el crecimiento del otro. Pero sí significa que esperamos encontrar maneras en que Dios se está manifestando en la vida de nuestro cónyuge. Y eso significa que debemos hablar de una manera que refleje esa realidad.

Así que la próxima vez que estés discutiendo y sientas la tentación de usar absolutos para defender tu punto de vista, recuerda el desafío que te estoy planteando. Un conflicto matrimonial es un momento en el que eres propenso al desánimo y a la desesperanza. Y ese es un momento para usar absolutos, pero no los que se refieren a su cónyuge. Use absolutos para describir a otra Persona. Úselos para reforzar su fe y aumentar su esperanza. Esperanza de que su matrimonio crezca. Esperanza de que tu cónyuge crezca. Esperanza de que tú crezcas. Nuestras esperanzas están puestas en…

…Aquel que siempre está transformando a su pueblo a imagen de Jesús (Flp 1,6).
…Aquel que nunca termina su compromiso con nosotros (Mt 28,20).
…Aquel que sólo obra en nuestras vidas para nuestro bien, incluso en y a través de nuestros conflictos matrimoniales (Rom 8:26).

Nuestro Padre bueno, bondadoso y misericordioso es realmente el único del que podemos hablar legítimamente en términos absolutos. Así que habla la verdad sobre Él, especialmente a tu propio corazón, especialmente en una discusión marital.

Esta traducción tiene concedido el Copyright © (5 de octubre de 2024) de The Christian Counseling & Educational Foundation (CCEF). El artículo original titulado Speaking Truth in Marital Conflict, Copyright © 2022 fue escrito por Lauren Whitman. El contenido completo está protegido por los derechos de autor y no puede ser reproducido sin el permiso escrito otorgado por CCEF. Este artículo fue traducido íntegramente con el permiso de The Christian Counseling & Educational Foundation (CCEF) por Armando Melo, Editorial EBI. La traducción es responsabilidad exclusiva del traductor. 

This translation is copyrighted © (june 13 20, 2022) by the Christian Counseling & Educational Foundation (CCEF). The original article entitled Speaking Truth in Marital Conflict, Copyright © 2022 was written by Lauren Whitman. All content is protected by copyright and may not be reproduced in any manner without written permission from CCEF. Translated in full with permission from the Christian Counseling & Educational Foundation (CCEF) by Armando Melo, Editorial EBI. Sole responsibility of the translation rests with the translator.


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