A medida que la sociedad ha ido cambiando por la influencia de las redes sociales, han surgido nuevos títulos de personas que ejercen todo tipo de influencias, a veces buenas y otras veces malas. Son personas que pasan gran parte de su día en las redes sociales. Los influencers están de moda. Un influencer es una persona que, de algún modo, ha logrado destacar en los canales digitales, especialmente en las redes sociales, como Facebook o Instagram, así como en plataformas de video como YouTube. Son personas que han conseguido crear un personaje de gran éxito en el mundo digital, el cual es seguido por un gran número de suscriptores, que en algunos casos llegan a superar el millón. Los instagrammers son otros.

También existe este tipo de personas en los círculos evangélicos y de nuevo, no tengo duda que algunos tienen una influencia muy positiva, porque llevan una vida que respalda con la practica lo que predican o enseñan, son personas involucradas en las vidas de otras personas. Pero también han surgido una serie de llamados expertos en copiar y pegar, que no se involucran en las vidas de ninguno.

Siempre es un buen momento para reflexionar en la vida de Jesús. Día tras día, Jesús y sus discípulos viajaban hablando con personas reales sobre problemas reales. Solo humanos amando a otros humanos. Jesús podría haber venido de multiples maneras, pero optó por caminar de pueblo en pueblo con sandalias polvorientas. Nada sofisticado. Nada de jets privados ni hoteles extravagantes. De alguna manera, sus necesidades básicas fueron atendidas por amigos y relaciones que se crearon en el camino.

Ese trato personal de uno a uno, creo que se ha ido perdiendo y es importante que miremos a Jesús con la idea de ver la importancia de las relaciones, y que de alguna manera nos ayude a abrazar su ejemplo. En su encuentro con la Samaritana, Juan escribe: “Salió de Judea y partió otra vez para Galilea. Y tenía que pasar por Samaria” (Juan 4:3-4)

Muy temprano en el relato en Marcos vemos lo siguiente: “Y Él salió de nuevo a la orilla del mar, y toda la multitud venía a Él, y les enseñaba” (Marcos 2:13). Era un ministerio itinerante el cual se estaba llevando a cabo. En los evangelios y en particular en Marcos vemos a un Jesús en movimiento. Creo que hubiese sido más fácil para Él haber mandado a traer a las personas a una localidad, pero Él, SALIÓ DE NUEVO. Un Jesús que sale a buscar a las personas para enseñarles. “Y estaba maravillado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor enseñando” (Marcos 6:6). Jesús estaba modelando aquello que seria la misión de la iglesia cuando al dejarnos la Gran Comisión (Mateo 28:18-20), involucrarse en la vida de las personas requiere que salgamos de nuestra zona de comodidad. “Levantándose de allí, Jesús se fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán; y se reunieron de nuevo las multitudes junto a Él, y una vez más, como acostumbraba, les enseñaba” (Marcos 10:1).

“Volviendo a salir de la región de Tiro, pasó por Sidón y llegó al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. En esta ocasión lo vemos sanando a un sordo y para eso tuvo que llegar a el, SALiÓ DE NUEVO” (Marcos 7:31).

En otra ocasión, vemos a Jesús en el camino hablando con sus discípulos, “Salió Jesús con sus discípulos a las aldeas de Cesarea de Filipo; y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo?” (Marcos 8:27).

Quien escribe es alguien que ha vivido en tres países diferentes en los últimos casi veinte años, no te puedo negar que ha sido difícil tener que dejar atrás a familiares, amigos, dejar la zona de comodidad, pero también ha sido muy gratificante el poder ver vidas cambiadas por el poder del evangelio. Quizás tu seas un joven que estas detrás de la pantalla hoy copiando y pegando cosas para escribir y te está yendo bien desarrollando un ministerio que puede ser útil, pero te animo a que te involucres en la vida de las personas. Que así como JESÚS SALIÓ DE NUEVO tu te acostumbres a salir de nuevo, que te involucres en la vida de personas compartiendo el evangelio para transformación de vidas.

Podemos hacernos la pregunta ¿Por qué importan las relaciones? Se ha descubierto que la calidad de las conexiones que los sujetos tienen con los demás a lo largo de sus vidas se correlaciona con una mayor felicidad y una mayor longevidad, lo que sugiere que las relaciones afectan no solo a nuestra salud emocional, sino también a la salud física.¿Piensas que Jesús sabia eso? Por su puesto que si. Es por eso que vemos a Jesús dandole tanta importancia a la relación de uno a uno. Mira lo que el nos deja, lo que algunos han llamado el onceavo mandamiento, “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os ameislos unos a los otros” (Juan 13:34).

Como haz podido darte cuenta, he repetido la frase SALIÓ DE NUEVO varias veces en este artículo y te dejo con el versículo que cite anteriormente:

“Y Él salió de nuevo a la orilla del mar, y toda la multitud venía a Él, y les enseñaba” (Marcos 2:13).

Con esto, es mi deseo y oración que salgas de tu zona de comodidad y experimentes una vida de relaciones imitando a nuestro Señor Jesucristo. 


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