Entre los muchos héroes de la fe, destacan los mártires. Ocupan un lugar central en nuestra identidad corporativa porque evocan muy de cerca la fidelidad de Jesús ante la muerte. Dios honra a los mártires hasta el punto de utilizar sus muertes como cuenta atrás para el regreso de Jesús.

Ellos [los “muertos por la palabra de Dios”] Clamaban a gran voz: “¿Hasta cuándo, oh Señor santo y verdadero, esperarás para juzgar y vengar nuestra sangre de los que moran en la tierra?”. Y se les dio a cada uno de ellos una vestidura blanca, y se les dijo que descansaran un poco más de tiempo, hasta que se completara también el número de sus consiervos y de sus hermanos que habrían de ser muertos como ellos lo habían sido. (Ap 6:10-11)

Dios mide el tiempo por la sangre de los mártires. Yo no he medido el tiempo de esta manera. Me centro en el regreso de Jesús en términos de cuánto tiempo tengo que esperar para escapar de la intensificación de las luchas cotidianas.

Detente un momento en esto y asume que nuestras creencias marcan la diferencia en cómo vivimos hoy. La segunda venida como escape crea un cierto estilo de vida. Esperamos amenazas de tiempos difíciles; también esperamos que esas amenazas nunca nos alcancen del todo. Jesús llegará justo a tiempo. Pero si esta es nuestra creencia, entonces el sufrimiento y los problemas nos cogen por sorpresa. Y cuando el sufrimiento y los problemas persisten, Jesús no parece escucharnos. ¿No prometió evitarnos problemas? El resultado no es tanto que la fe naufrague como que se quede obsoleta. Entonces tomamos cartas en el asunto e intentamos construirnos un mundo más cómodo.

Los mártires reorganizan nuestra teología. Recordamos que “en el mundo tienen tribulación” (Juan 16:33). Esperamos problemas y estamos mejor preparados para el martirio. Esto hace que las palabras del salmista, “Estimada a los ojos del Señor es la muerte de sus santos” (Sal 116:15), sean más significativas, más personales. Una de estas muertes traerá la trompeta final. Verdaderamente preciosa.

Nuestra vocación es inequívoca. Valor. Quiero valor. Necesito coraje. Necesitamos valor. Queremos una fe en Jesús que sea firme cuando todo a nuestro alrededor no lo sea.

Esto me lleva a nuevos lugares. Pienso en el apóstol Pablo diciendo a los gálatas: “es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22). Pienso en Jan Hus, el mártir checo que cantaba salmos mientras lo llevaban a la hoguera. Pienso en Lutero, que sin duda recordaba a Hus, cuando se enfrentó a la Dieta de Worms y a la amenaza de su propia ejecución. Lutero vaciló cuando se le pidió que se retractara de toda su obra, pero al día siguiente regresó con un valor de acero. Fue fortalecido por el Espíritu, el Espíritu de Poder, el Espíritu que da valor. La gracia de Dios para nosotros es valentía. Es la valentía que nos permite estar en su presencia y saber que nunca nos abandonará. Es valentía que descansa, incluso en un mar tumultuoso cuando otros se están volviendo locos. Es valentía saber que estará con nosotros en la muerte.

Este es un momento propicio para mí. Acabo de tener un sueño que me sobrecogió por la forma en que podría morir -los detalles eran propios de las peores historias de terror- y me produjo réplicas al día siguiente. Entonces leí sobre los mártires y volví a conocer el valor y a aquel que lo da. Qué gran regalo.

La gracia conduce a la fe, a la esperanza y al poder en la debilidad; todo ello se traduce en el corazón como valentía. La valentía puede volver a un sueño lleno de muerte y volver a contarlo con la confianza de que Jesús estará conmigo en ese momento de vacilación. La valentía ora en lugar de permanecer instalada en el miedo. La valentía permite que lo que es bueno, correcto y sabio nos guíe incluso en presencia del miedo. Afronta un día especialmente difícil con esperanza. Sabe que la muerte es el más poderoso de los enemigos, y que la resurrección de Jesús le ha quitado su aguijón.

Quizá la valentía también pueda ser un regalo para ti. Si tienes miedos y ansiedades, el antídoto es la valentía. Busca la valentía en las Escrituras, y anima a tu comunidad con esas historias. La valentía es estar dispuesto a enfrentarse a la muerte, lo que hace que enfrentarse a la vida sea un asunto menor (Fil 1:20). La gracia es valentía.

Así que, ¡sean fuertes y valientes, ustedes los que ponen su esperanza en el Señor! (Sal 31:24 NTV).


Esta traducción tiene concedido el Copyright © (6 de febrero de 2021) de The Christian Counseling & Educational Foundation (CCEF). El artículo original titulado “Courage Inspired by the Martyrs”, Copyright © 2021 fue escrito por Ed Welch. El contenido completo está protegido por los derechos de autor y no puede ser reproducido sin el permiso escrito otorgado por CCEF. Este artículo fue traducido íntegramente con el permiso de The Christian Counseling & Educational Foundation (CCEF) por José Luis Flores, Editorial EBI. La traducción es responsabilidad exclusiva del traductor. 

This translation is copyrighted © (december 20, 2020) by the Christian Counseling & Educational Foundation (CCEF). The original article entitled “Courage Inspired by the Martyrs”, Copyright © 2021 was written by Ed Welch. All content is protected by copyright and may not be reproduced in any manner without written permission from CCEF. Translated in full with permission from the Christian Counseling & Educational Foundation (CCEF) by José Luis Flores, Editorial EBI. Sole responsibility of the translation rests with the translator.


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