En cuanto a quienes creemos que Dios establecerá un reino de mil años literales en la tierra, existen dos posturas principales que tienen que ver con la presencia de la Iglesia durante el tiempo de la tribulación. Por un lado estamos los pretribulacionales, que sostenemos que el arrebatamiento precederá tanto a la tribulación como al milenio; por otro lado, los postribulacionales sostienen que el arrebatamiento ocurrirá al final de la tribulación, y la Iglesia será arrebatada para recibir a Cristo en el aire para luego regresar con Él inmediatamente a establecer el reino del milenio. Por lo tanto, los pretribulacionistas consideramos que a la Iglesia se le evitará el sufrimiento del tiempo de la tribulación, mientras que los postribulacionistas consideran que sí atravesará ese período, aunque se verá librada de gran parte del sufrimiento. 

Estoy convencido que en el mismo concepto de tribulación existen varios motivos por los cuales creemos que la Iglesia no atravesará por ella, es decir, la idea de la presencia de la Iglesia en la tierra durante la tribulación no compagina con la naturaleza y propósito de la misma y a continuación te presentaré tres razones de por qué creo que la iglesia no atravesará por est tiempo.

La idea de la presencia de la Iglesia en la tierra no compagina con el propósito de la tribulación 

La tribulación tiene dos propósitos: castigar al mundo gentil por su pecaminosidad a lo largo de épocas pasadas, y lograr que la nación de Israel alcance una mentalidad que le permita recibir a Cristo como su Mesías y Libertador. En ninguno de estos sentidos la Iglesia encaja en este propósito, por tanto, la ausencia de la Iglesia en el mundo no obstaculizaría de ninguna manera ninguna de las metas a alcanzar. Además, el castigo de los miembros de la Iglesia ya ha sido totalmente asumido por Cristo en el Calvario. Aunque a menudo Dios permite que los cristianos experimenten sufrimientos en sus vidas con el propósito de disciplinarlos mientras están en la tierra, esto nada tiene que ver con el hacerlos pasar por siete años de padecimientos concebidos especialmente como un castigo para el mundo. 

La idea de la presencia de la Iglesia en la tierra no compagina con la naturaleza judía de la tribulación 

El período de la tribulación hace una alusión diferente y especial a los judíos. Es decir, las Escrituras afirman que los judíos juegan un papel diferente en este período del que juegan hoy, cuando la Iglesia aún está en la tierra. Durante la presente era de la Iglesia, los judíos son vistos como personas a las cuales evangelizar y llevar a la Iglesia como miembros. Sin embargo, existen varios factores que muestran que durante la tribulación serán un grupo diferente, separado de toda asamblea de gentiles. 

Percatémonos primero de que una de las razones de la tribulación es preparar a los judíos para la revelación del Mesías, tal y como se dijo anteriormente. Si los judíos son tan diferentes en este período, debe ser porque Dios considera que tienen una importancia diferente a la de la época actual. 

Un segundo factor se halla en la identificación del período de la tribulación como la “semana septuagésima” de Daniel 9, como se apuntó en el capítulo anterior. Se observó que las sesenta y nueve semanas previas estuvieron relacionadas con la historia de Israel como nación, y se completaron con la primera aparición de Cristo. Resulta, por tanto, lógico pensar que la última semana está también relacionada con los judíos. 

Podemos apreciar un tercer factor en algunos detalles significativos de naturaleza judía que se exponen en la descripción de este período. Por ejemplo, el pasaje de Mateo 24:20, dentro de un contexto que describe las características de la tribulación, hace referencia al concepto judío de “Sabbat”. Además, en Apocalipsis 7:2–8 se habla de un grupo de 144.000 judíos que juega un papel prominente durante la semana de la tribulación. Se dice además que el grupo está formado por personas de las doce tribus, 12.000 por cada tribu. 

Un cuarto factor pudiera observarse a partir de la distinción que se hace durante la tribulación entre este grupo de 144.000 judíos, y una multitud de gentiles, de la cual se dice que proviene “de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas” (Ap 7:9). Ambos grupos están compuestos por personas que son salvas. Varias afirmaciones que aparecen en Apocalipsis 14:1–5 aclaran esto con respecto al primer grupo, y Apocalipsis 7:9–17 identifica al segundo grupo de la misma manera. Pero esa distinción entre los judíos salvos y los gentiles salvos es totalmente ajena a la época presente. En la actualidad, tanto los judíos salvos como los gentiles salvos se convierten en miembros de un mismo cuerpo, la Iglesia (ver Ga 3:28), y si la Iglesia estuviese presente durante la semana de la tribulación, se podría esperar que ocurriera lo mismo.

Apocalipsis 3:10 

Muchos postribulacionistas concuerdan con los pretribulacionistas en que Apocalipsis 3:10 se refiere al período de la tribulación. Sin embargo, discrepan en cuanto a su interpretación. El versículo dice, “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra”. Estas palabras fueron dirigidas a la iglesia de Filadelfia, que representaba a la Iglesia fiel y verdadera en el mundo. Los pretribulacionistas creemos que la importancia de estas palabras radica en que la verdadera Iglesia será librada y no tendrá que atravesar “la hora de la prueba” que aquí se menciona, una referencia a la tribulación. Por su parte, los postribulacionistas interpretan que estas palabras significan que la Iglesia será librada de un gran sufrimiento durante este período, aunque esté presente en la tierra. Los siguientes aspectos favorecen la postura pretribulacionista. 

La preposición “de” 

El uso de la preposición que se traduce como “de” (en griego e) en la frase “de la hora de la prueba” favorece esta postura. El significado de la preposición, que se emplea más de 800 veces en el Nuevo Testamento, es “de fuera de, fuera de, adelante desde, desde”. El empleo que aquí se le da nos hace pensar en un significado que implica que la Iglesia será sacada “fuera de” la “hora de la prueba”. Los postribulacionistas aseveran que la preposición puede significar “desde” solamente en el sentido de la no participación, y dicen que aquí el significado podría ser que la iglesia será librada de participar intensamente del sufrimiento de este período. 

Los postribulacionistas buscan un apoyo en Juan 17:15, donde Jesús ora para que sus discípulos puedan ser “guardados del mal”. Ellos argumentan que el ser “guardados del mal” no es producto de haber sido sacados de su presencia, sino solamente de no participar, Apocalipsis 3:10 también podría significar solamente que la Iglesia será guardada del sufrimiento de la tribulación. Sin embargo, esta conclusión no procede, porque ambos pasajes son diferentes. Una persona puede ser guardada del mal al no participar de él, pero no de la “hora de la prueba”. El primero es una actividad, el segundo es un período de tiempo. Una persona, o bien está en un período de tiempo, o está fuera de él. Si el autor de Apocalipsis hubiera deseado expresar la idea de la preservación de la Iglesia dentro de un período de tiempo, hubiera empleado otra preposición como “durante”, o “a través”, o “en”, pero no “de”.

Los santos de la tribulación no serán librados del sufrimiento

Aunque la interpretación postribulacionista de la preposición “de” en este pasaje pudiera considerarse válida, la postura que afirma que los santos de la tribulación no participarán en el sufrimiento de este período no es sostenible. Debe comprenderse que los postribulacionistas creen que cuando se menciona a los “santos” en Apocalipsis, se trata de referencias a la iglesia. Por su parte, los pretribulacionistas, consideramos que se trata de referencias a los santos de la tribulación, aquellos que se salvarán durante la tribulación, tras el arrebatamiento de la Iglesia. Existen numerosos pasajes que mencionan a estos santos, y que afirman que sufren intensamente durante la tribulación (Ap 13:7, 15; 17:6; 18:24).

Debe decirse, para ser justos, que los postribulacionistas, cuando se refieren a la no participación en el sufrimiento, están pensando ante todo en el sufrimiento infligido por Dios y no por los hombres. Es decir, interpretan que los santos serán librados en gran parte de los sufrimientos de los “sellos”, “trompetas” y “copas de ira”. Es posible que en este sentido tengan razón hasta cierto punto (Ap 16:2), aunque el alcance es problemático. Apartándonos de este aspecto del sufrimiento, sin embargo, el dolor infligido por los hombres será suficiente como para hacer que esta época no tenga comparación en toda la historia. 


¿Qué problema hay?

Este volumen es un excelente texto introductorio acerca de los eventos futuros para los institutos y seminarios, la iglesia o para uso personal. El autor considera cada uno de los principales eventos escatológicos de la Biblia, incluyendo: – El Arrebatamiento – La Gran Tribulación – La iglesia salvada de la tribulación – El Anticristo – Israel en la Tribulación – El Fin de la Tribulación – El Milenio.


Comparte en las redes