Siete razones por las que los cristianos no deben aceptarlos
Los Cristianos no pueden aceptar la idea acerca de millones de años sin dañar a la iglesia y su testimonio en gran manera ante el mundo.
Existe una controversia intensa en la iglesia por todo el mundo acerca de la Creación, el Diluvio de Noé, y la edad de la tierra. En los primeros 18 siglos de la historia eclesiástica, la creencia casi universal de los cristianos fue que Dios había creado el mundo en seis días literales, alrededor de hace 6,000 años y destruyó el mundo con un diluvio global (universal) en el tiempo de Noé.
Sin embargo, alrededor de hace 200 años, algunos científicos deístas y ateos desarrollaron nuevas teorías acerca de la historia de la tierra, las cuales afirmaron que la tierra y el universo se formaron hace millones de años. Durante los últimos 200 años, algunos líderes cristianos han hecho varios intentos para hacer concordar aquellas suposiciones de millones de años a la Biblia. Entre ellas se incluyen la teoría de día-era, la teoría de la brecha, la idea de un diluvio (inundación) local, la hipótesis del marco, a evolución teística, la creación progresiva, etc.
Un número creciente de cristianos (llamados creacionistas de la tierra joven), incluyendo muchos científicos doctorados, sostienen la postura tradicional, creyendo que es el único punto de vista que verdaderamente es fiel a la Escritura. También, se ajusta con la evidencia científica mucho mejor que la predominante idea de la evolución de millones de años.
Muchos cristianos dicen que la edad de la tierra es una cuestión divisiva y de segundo orden que impide la proclamación del evangelio. Pero, ¿realmente es así? Answers in Genesis (Respuestas en Génesis) y varias otras organizaciones creacionistas creen que no.
En este breve post, quiero presentarle algunas de las razones por las que creemos que los cristianos no pueden aceptar la idea acerca de millones de años sin dañar a la iglesia y su testimonio en gran manera ante el mundo. Espero que le ayude a reflexionar en este tema más cuidadosamente y le anime a profundizarse en los excelentes recursos proporcionados en RespuestasenGenesis.org los cuales defienden minuciosamente los puntos aquí mencionados.
1. La Biblia claramente enseña que Dios creó en seis días literales de 24-horas hace unos pocos miles de años.
La palabra hebrea para “día” en Génesis capítulo 1 es yôm. En la gran mayoridad de sus usos en el Antiguo Testamento, significa un día literal, y donde no lo significa, el contexto lo aclara.
Asimismo, el contexto de Génesis 1 claramente muestra que los días de la creación fueron días en su sentido literal. En primer lugar, yôm está definida la primera vez que se usa en la Biblia, en sus dos sentidos literales: la porción de la luz dentro del ciclo luz/día y en la totalidad del ciclo luz/día (Génesis 1:4–5).
En segundo lugar, yôm es utilizada con “la tarde” y “la mañana.” Siempre que se utilizan estas dos palabras en el Antiguo Testamento, juntas o separadamente y con o sin la palabra yôm en el contexto, significan una tarde o una mañana de un día literal.
En tercer lugar, yôm está modificada con un número: primer día, segundo día, tercer día, etc. Este modelo indica días literales cada vez que se usa en cualquier otro lugar del Antiguo Testamento.
En cuarto lugar, yôm se define literalmente en Génesis 1:14 en relación a las lumbreras del firmamento.
Es evidente que estos días de la creación sucedieron solamente hace 6,000 años por las genealogías de Génesis 5 y 11 (las cuales dan información cronológica muy detallada, a diferencia de la claramente genealogía abreviada en Mateo 1) y por otra información cronológica en la Biblia.
2. Éxodo 20:11 refuta todos los intentos de encajar millones de años en Génesis 1.
Este versículo da el motivo para el mandamiento de Dios a Israel a trabajar seis días, y a continuación tomar el día de reposo del Sábado. Yôm se utiliza en ambas partes del mandamiento. Si Dios hubiera querido que los judíos debieran trabajar durante 6 días porque Él creó por seis largos “periodos de tiempo,” Él podría haberlo dicho mediante el uso de una de las tres indefinidas palabras hebreas para el tiempo (las cuales se utilizan en otros sitios de la Escritura y se traducen como tiempo, period, temporada, o generación).
Él escogió la única palabra que literalmente significa “día,” y los judíos la entendieron (hasta que se desarrolló la idea de millones de años a principios del siglo 19).
Por esta razón, la opinión de díaera o la hipótesis del marco deben ser rechazadas. La teoría de la brecha o cualquier otro intento de poner millones de años antes de los seis días es falsa, porque Dios afirmó que en seis días Él creó los cielos, la tierra, el mar, y todo lo que hay en ellos. De este modo, Él creó todo aquello en seis días literales y nada antes del primer día. Además, Apocalipsis 21:1 descarta una previa creación antes de Génesis 1:1. Dice que estamos viviendo en el primer cielo y la primera tierra. No existía un cielo o una tierra antes de los actuales.
3. El Diluvio de Noé ahoga la idea de millones de años.
La evidencia en Génesis 6–9 de un catastrófico diluvio (inundación) universal es abrumadora. Por ejemplo, el Diluvio de Noé no estaba destinada a destruir sólo a todas las personas pecaminosas, sino también a todos los animales terrestres, las aves, y la superficie de la tierra (Génesis 6:7, 13). Solo un diluvio universal podría lograr aquel objetivo.
El propósito del Arca fue para salvar a dos (y siete de algunos) de toda clase de animales terrestres y aves para repoblar la tierra después del Diluvio. Si el Diluvio fuera local, el Arca habría sido totalmente innecesario. La gente, los animales, y las aves simplemente habrían podido migrar fuera de la zona de inundación antes de que se produjera o la zona podría haberse poblado con criaturas de otras áreas después del Diluvio.
Se puede comprender la naturaleza catastrófica de la inundación por la lluvia incesante durante al menos 40 días, lo que habría producido una erosión masiva, deslizamientos, huracanes, etc. Las palabras hebreas traducidas “fueron rotas todas las fuentes del gran abismo” (Génesis 7:11) claramente señalan la ruptura tectónica de la superficie de la tierra en muchos sitios durante un plazo de 150 días, la cual habría dado lugar a volcanes, terremotos, y tsunamis.
El Diluvio de Noé produciría el tipo de complejo registro geológico que se observa hoy al nivel mundial: miles de metros de sedimentos que contienen miles de millones de plantas y animales muertos, los cuales claramente fueron depositados por agua y fueron rápidamente endurecidos, formando piedras y fósiles. Si el año del Diluvio es responsable por la mayoría de las capas de piedras y fósiles, entonces esas rocas y fósiles no pueden representar la historia de la tierra de millones de años, como afirman los evolucionistas.
4. Jesús era creacionista de la tierra joven.
Jesucristo consecuentemente trató a los relatos milagrosos del Antiguo Testamento como fiels registros históricos (por ejemplo: la creación de Adán, Noé y el Diluvio, Lot y su esposa en Sodoma, Moisés y el maná, y Jonás en el pez). Continuamente afirmó la autoridad de las Escrituras sobre las ideas y tradiciones (Mateo 15:1–9).
En Marcos 10:6 se encuentra la afirmación más clara (pero no la única) que demuestra que Jesús era creacionista de la tierra joven. Él afirma que Adán y Eva estuvieron en el comienzo de la creación, no miles de millones de años después del comienzo, como sería el caso si el universo realmente fuera de miles de millones de años. Por lo tanto, si Jesús era creacionista de tierra joven, entonces ¿cómo pueden sus fieles seguidores tener un diferente punto de vista?
5. La creencia en millones de años socava la enseñanza bíblica acerca de la muerte y la integridad de Dios.
Génesis 1 dice que Dios dijo seis veces que lo que Dios había creado era “bueno,” y cuando terminó con la creación en el Día Seis, Él dijo que todo fue “bueno en gran manera.” Los hombres y los animales originalmente fueron vegetarianos (Génesis 1:29–30). Hay que tener en cuenta que, según la Escritura, las plantas no son “seres vivos,” como las personas y los animales lo son, puesto que el hecho de comer plantas no constituye la muerte.
¿Unas espinas 300–400 millones de años antes del pecado de Adán?
Pero Adán y Eva pecaron, dando como resultado el juicio de Dios sobre toda la creación. Instantáneamente Adán y Eva espiritualmente murieron, y después de la maldición de Dios comenzaron a morirse físicamente. La serpiente y Eva fueron cambiados físicamente y el propio suelo fue maldecido (Génesis 3:14–19).
¿Un dinosaurio padece de cáncer 65 millones de años antes del pecado de Adán?
La creación entera ahora gime en esclavitud a la corrupción mientras espera la redención final de los cristianos (Romanos 8:19–25) cuando veremos la restauración de todas las cosas (Hechos 3:21; Colosenses 1:20) a un estado similar del mundo previo a la Caída, cuando no habrá más comportamiento carnívoro (Isaías 11:6–9) y no más enfermedad, sufrimiento, o muerte (Apocalipsis 21:3–5) porque ya no habrá maldición (Apocalipsis 22:3). Hay espinas y cardos dentro de las capas de roca que los evolucionistas afirman que tienen entre 300–400 millones de años. Si eso es cierto, entonces Dios mintió en Génesis 3:17 cuando dijo que espinas y cardos se producirían después del pecado de Adán.
Los evolucionistas han encontrado cáncer y otras enfermedades en los huesos de los dinosaurios que supuestamente vivieron más de 65 millones de años antes de que Adán fuera creado. Ellos afirman que durante quinientos mil millones de años de tiempo antes de la aparición de los hombres, cinco grandes extinciones acontecieron cuando el 65–90% de todas las criaturas que vivían en aquellas épocas fueron extinguidas.
Por lo tanto, el hecho de aceptar millones de años de muerte de los animales antes de la creación y de la Caída del hombre contradice y destruye la enseñanza bíblica acerca de la muerte y la obra redentora de Cristo. Además, tal creencia haría de Dios un torpe creador cruel que utiliza (o no puede prevenir) la enfermedad, los desastres naturales, y las extinciones para perjudicar Su obra creativa, sin justificativo moral alguno, para luego decir que todo es “bueno en gran manera.”
6. La idea de millones de años no procedió de hechos científicos.
La idea de épocas largas en la historia de la tierra fue desarrollada por geólogos deístas y ateas a finales del siglo 18 y principios del siglo 19. Estos hombres utilizaron suposiciones filosóficas, anti-bíblicas y religiosas para interpretar las observaciones geológicas de una manera que claramente contradecía el relato bíblico acerca de la creación, el Diluvio y la edad de la tierra. La mayoría de los líderes y eruditos eclesiásticos rápidamente condescendieron con el mundo secular utilizando la teoría de la brecha, la opinión de día/era, la opinión de un diluvio local, etc., en un intento de encajar “tiempo profundo” en la Biblia. Pero no entendían los argumentos geológicos, y tampoco defendieron sus opiniones con un cuidadoso estudio bíblico. La idea del “tiempo profundo” fluye de supuestos naturalistas, no de observaciones científicas. Los investigadores creacionistas observan los mismos hechos—las rocas y los fósiles—que observan los evolucionistas. Pero los creacionistas comienzan con los supuestos bíblicos—el marco bíblico de los eventos claves de la historia como son registrados en Génesis. Cuando lo hacen, ellos ven evidencia en las rocas y los fósiles que realmente confirma la historia bíblica y refuta tanto las suposiciones como las interpretaciones de los evolucionistas.
7. Los métodos de la datación radiométrica no demuestran millones de años.
La datación radiométrica no fue desarrollada hasta principios del siglo 20, cuando el mundo ya había aceptado la idea de millones de años. Por muchos años los creacionistas han citado numerosos ejemplos en la literatura científica pública de ocasiones cuando estos métodos de la datación han dado resultados claramente erróneos (por ejemplo: una fecha de millones de años dada a unos flujos de lava que se han producido en los últimos siglos, o inclusive en décadas).
En los últimos años, los creacionistas en el proyecto “RATE” (RELT en español) han hecho investigación experimental, teórica y de campo en la que han cuestionado las tres suposiciones básicas detrás de las interpretaciones evolucionistas de la evidencia de la desintegración radiactiva. Esas suposiciones acerca del pasado no observado se relacionan a:
- La relación original de los isótopos padres a los isótopos hijos en la lava cuando salió de la tierra;
- Si las tasas de la descomposición de los varios isótopos radiactivos han permanecido constantes a través del tiempo;
- Si algún átomo padre o hijo ha migrado dentro o fuera de la lava después que se endureció y llegó a ser piedra.
Los investigadores RATE han descubierto una fuerte evidencia mostrando que las tasas de descomposición eran órdenes de magnitud más rápido en el pasado (por ejemplo: los diamantes y el carbón, de los cuales los evolucionistas dicen tener millones de años, fueron fechados por la datación carbono-14 de tener solo miles de años). Esta investigación muestra la falta de fiabilidad de las fechas de millones de años y confirma las enseñanzas bíblicas.
Conclusión
¿ De quién vas a creer la palabra?
Estos son solo algunas de las razones por las que creemos que la Biblia nos proporciona la historia verdadera de la creación. La Palabra de Dios debe ser la máxima autoridad sobre todos las cuestiones de las cuales habla; no solamente en las cuestiones morales y espirituales, sino también en sus enseñanzas que tratan con la historia, la arqueología y la ciencia.
Lo que está en juego aquí es la autoridad de la Escritura, la integridad de Dios, la doctrina de la muerte, y el fundamento del evangelio. Si los primeros capítulos de Génesis no son la verdadera historia literal, entonces la confiabilidad de toda la Biblia es socavada, incluso la enseñanza acerca de la salvación y de la moralidad. Le ruego que examine cuidadosamente los recursos bíblicos que traten con este asunto. La salud de la iglesia, la eficacia de su misión en un mundo perdido y la gloria de Dios están en juego.
AQUÍ ESTÁN LAS BUENAS NUEVAS
El ministerio Answers in Genesis (Respuestas en Génesis) busca glorificar y honrar a Dios como Creador y afirmar la verdad del registro bíblico del origen real e historia de la mundo y la humanidad.
Parte de esta historia real son las malas noticias que la rebelión del primer hombre, Adán, contra de los mandatos de Dios trajo muerte, sufrimiento y separación de Dios en este mundo. Vemos los resultados alrededor de nosotros.
Todos los descendientes de Adán son pecadores desde la concepción (Salmo 51:5) y ellos mismos han decidido vivir en rebelión (pecado). Por lo tanto, no pueden vivir con un Dios santo, sino que están condenados vivir separados de Dios. La Biblia dice “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23) y que por consiguiente “sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder” (2 Tesalonicenses 1:9).
Pero la buena noticia es que Dios ha hecho algo para cambiar esto. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Jesucristo el Creador, aunque totalmente sin pecado, sufrió, a favor de la humanidad, la penalidad del pecado de la humanidad la cual es muerte y separación de Dios. Él hizo esto para satisfacer las demandas justas de la santidad y justicia de Dios, Su Padre. Jesús fue el sacrificio perfecto; Él murió en una cruz; pero en el tercer día resucitó, conquistando la muerte, para que todo aquel que en Él creyera, se arrepintiera de sus pecados y confiara en Él (en vez de sus propios meritos) vuelva a Dios y viva por toda la eternidad con su Creador.
Por lo tanto: “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:18).
¡Qué maravilloso Salvador—y que maravillosa salvación en Cristo nuestro Creador!
Favor de ver la contraportada para la información de contacto, o comuníquese con una iglesia que cree en la Biblia por donde vive, donde el pastor acepta la precisión y la autoridad de la Biblia desde el primer versículo en Génesis (incluyendo el relato de Génesis de una creación reciente y el Diluvio global/universal de Noé).
Investigadores prominentes de la investigación de la tierra joven
Estos son solo algunos de los miles de los científicos con doctorados y maestrías alrededor del mundo (y la cantidad sigue creciendo), los cuales creen que la tierra solo tiene alrededor de 6,000 años, al igual a como enseña la Biblia. Es simplemente erróneo afirmar que los científicos que creen en la creación no tienen títulos de reputación, que no hacen investigación realmente científica, y que no publican en revistas científicas que son revisados por sus colegas.
Steve Austin (doctorado en geología, Universidad de Penn State, EEUU) es un investigador para el Institute for Creation Research (Instituto para la Investigación Creacionista) en California, EEUU. Por más de 25 años, él ha hecho investigaciones en la Mount St. Helens (Monte Santa Elena) y el Gran Cañón. Él ha publicado 25 artículos científicos y dos libros técnicos, Grand Canyon: Monument to Catastrophe (El Gran Cañón: Monumento a la Catástrofe) y Footprints in the Ash (Huellas en la Ceniza). Además, él es uno de los investigadores en el proyecto RATE (Radioisotopes and the Age of The Earth) [en español: RELT Radioisótopos y la Edad de La Tierra.]
John Baumgardner (Doctorado en geofísica y física espacial, Universidad de California, Los Angeles, EEUU) trabajó por 20 años como científico de investigación en Los Alamos National Laboratory (Laboratorio Nacional de Los Alamos), Nuevo México, EEUU. Ha publicado más de 30 artículos científicos en revistas referenciadas. Ahora como un científico principal con ICR, sigue su investigación delicada en su concepto de la catastrófica placa tectónica (asociada con el Diluvio). Además, él es un investigador RATE con énfasis particularmente en la datación de carbono.
Michael Oard (Maestría, ciencias atmosféricas, Universidad de Washington, EEUU) está jubilado del Servicio Meteorológico Natural en Montana, EEUU y en el consejo de la Sociedad de Investigación Creacionista. Él dedica su tiempo a la investigación y la escritura geológica y atmosférica. Él es un principal experto creacionista con respecto a la Era Glacial, y ha publicado ocho artículos científicos en las revistas seculares y tres libros técnicos acerca de los Scablands (este de Washington, EEUU), los deslizamientos de tierra submarinos, y los núcleos de hielo.
John Reed (doctorado en geología, Universidad de South Carolina, EEUU) ha publicado cinco libros y numerosos artículos técnicos y le interesa la relación entre la teología, filosofía, historia, y la ciencia de la historia natural. Es miembro de la Sociedad de Investigación Creacionista y frecuentemente publica los resultados de su investigación en el boletín trimestral CRS.
Jason Lisle (doctorado en astrofísica, Universidad de Colorado en Boulder, EEUU) utilizó la nave espacial SOHO en su investigación para su doctorado, indagando sobre los movimientos en la superficie del sol así como en el magnetismo solar y el clima del subsuelo. Su tesis se tituló, “El Sondeo de la Dinámica de Supergranulacion Solar y su Interacción con el Magnetismo.” Además, él es autor de numerosos artículos y libros, tanto en literatura secular como creacionista. Él diseñó los emocionantes programas del planetario para el Museo de la Creación en el norte de Kentucky (cerca de Cincinnati, OH, EEUU). Dr. Lisle es el actual Director de Investigación en el Instituto para Investigación de Creacionismo—EEUU.
Andrew Snelling (doctorado en geología, Universidad de Sydney, Australia) ha publicado 30 artículos técnicos en revistas seculares y en libros, y ha trabajado como consultor geológico en la industria minera para empresas privadas y para organizaciones nacionales e internacionales de investigación. Él es principal investigador en Respuestas en Génesis—EEUU. Su libro de dos volúmenes Earth’s Catastrofic Past (El Pasado Catastrófico de la Tierra), (2009) es una profunda defensa geológica y bíblica de la verdad de Génesis 1–11.
Este artículo fue publicado originalmente en Answers in Genesis
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