Todos los sistemas teológicos reconocen la importancia de los pactos. Por ejemplo, la teología del pacto se enfoca en tres supuestos pactos teológicos que no se mencionan de manera explícita en la Escritura —el pacto de redención, el pacto de obras y el pacto de gracia. Estos pactos teológicos se ven como la referencia para entender los pactos bíblicos explícitos. Los pactos abrahámico, davídico y nuevo se ven como extensiones del pacto de gracia. El pacto mosaico se ve como una reafirmación del pacto de obras o del pacto de gracia (o de ambos). Como resultado, los pactos bíblicos explícitos se ven como pactos de salvación relacionados con los pactos de obras y de gracia, pero esta no es la forma en que el dispensacionalismo entiende los pactos. El dispensacionalismo afirma que los pactos bíblicos que se mencionan de manera explícita deben ser los puntos de partida y tener la prioridad para el entendimiento de los propósitos de pacto de Dios en la Biblia. Esto involucra los pactos noéico, abrahámico, mosaico, davídico y nuevo.[1] Ya que la Biblia menciona y describe explícitamente estos pactos, son ellos los que se deben enfatizar para entender los propósitos de Dios; estos son los medios y el vehículo para la implementación de los planes de la creación y el reino de Dios en la historia. Y, a diferencia de la teología del pacto y el pactalismo progresivo que se enfocan sobre todo en los aspectos redentores y espirituales de los pactos, el dispensacionalismo enfatiza también la naturaleza multidimensional de los pactos bíblicos. Estos pactos abordan realidades tangibles, materiales y nacionales; además, ellos tratan acerca de la salvación individual, nacional (incluido Israel), y de la creación. Como Darrell Bock afirma, «La salvación es integral, pues afecta todas las esferas estructurales».[2]

El pacto noéico se hizo con todas las criaturas (ver Gn 9:12), lo que muestra el valor inherente de la tierra y de todas las criaturas (ver Gn 9). Es la plataforma para ejecutar en la historia los propósitos de reino y de pacto de Dios.

El pacto abrahámico involucra a la nación de Israel y su función en la bendición de todos los grupos de personas y naciones (ver Gn 12:2–3; 18:18); también involucra la tierra de Israel (ver Gn 12:6–7; 15:18–21); incluye un gobierno sobre los pueblos de la tierra y la prosperidad agrícola (ver Gn 49:8–12); asimismo, aborda la paz perpetua para Israel ante sus enemigos (ver Gn 22:17).

El pacto davídico tiene que ver con la genealogía regia que al final culmina en Jesús. Involucra al Israel nacional y la tierra; incluye la bendición de los gentiles (2 S 7:19; Am 9:11–12), un gobierno regio terrenal con prosperidad agrícola (ver Sal 72; Am 9:13–15); aborda la derrota de los enemigos de Israel (ver 2 S 7:10). Con Lucas 1:68–74, Zacarías apela a los pactos abrahámico y davídico con respecto a la liberación nacional de Israel ante sus enemigos.

El nuevo pacto promete perdón de pecados, un nuevo corazón y la habitación del Espíritu Santo, junto con muchas promesas físicas en la Tierra Prometida (ver Dt 30:1–9; Jer 31–33; Ez 36–37). Asimismo, involucra la reconstrucción de Jerusalén (ver Jer 31:38–40) y de Israel como un todo (ver Jer 33:7). El pueblo comprará campos, firmarán escrituras y estarán involucrados en situaciones financieras (ver Jer 32:44). Ezequiel 36:29–30, un texto sobre el nuevo pacto, combina el perdón de Israel con la prosperidad agrícola: «Los libraré de todas sus inmundicias; llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no traeré hambre sobre ustedes. Y multiplicaré el fruto de los árboles y el producto del campo, para que no reciban más el oprobio del hambre entre las naciones». Estas son solo algunas de las promesas físicas asociadas con los pactos prometidos. En relación con los pactos hay profecías que incluyen realidades espirituales y físicas en conjunto. Deuteronomio 30 predice salvación y un nuevo corazón (v. 6), pero también predice la restauración de Israel a la tierra con prosperidad física. El Salmo 72 predice un reino terrenal venidero del Mesías que incluye las cualidades espirituales de justicia, rectitud y la virtud. Temprano en los evangelios un ángel le dice a José que Jesús salvaría a su pueblo de sus pecados (ver Mt 1:21) y Gabriel le dijo a María que Jesús se sentaría en el trono de David y que gobernaría a Israel para siempre (ver Lc 1:32–33). Tanto la salvación espiritual como un reino terrenal sobre Israel sucederán, ya que el ministerio de Jesús es multidimensional. Saucy está en lo cierto en que «los profetas del Antiguo Testamento no vieron problema con la existencia conjunta de lo físico y material con lo espiritual en los tiempos escatológicos —análogo a la creación original, que incluyó lo material».[3]

En consecuencia, el dispensacionalismo afirma que todas las promesas físicas, nacionales e internacionales de los pactos de promesa importan y deben cumplirse. No se pueden disolver con tipología; no son tipos y sombras que el Nuevo Testamento reinterpreta. Todos los aspectos se deben cumplir como se destinó originalmente. Como Saucy menciona, «Pero la idea de que un traspaso de lo material a lo espiritual es un avance genuino en la trama redentora tiene un sabor sospechosamente platónico».[4]

Algunas promesas de pacto se cumplieron, al menos de manera parcial, en el Antiguo Testamento. Se dio la llegada de Isaac y Jacob como descendientes de Abraham; sucedió la conquista de la Tierra Prometida con Josué; luego, algunas promesas de pacto se cumplieron con la primera venida de Jesús. Estas incluyen la llegada del Rey Jesús, la salvación mesiánica para judíos y gentiles creyentes, el ministerio de la morada del Espíritu Santo y la facultad por el nuevo pacto de obedecer a Dios. Pero otras esperan la segunda venida de Jesús, como la restauración del Israel nacional, del planeta y del reino animal, la transformación cultural y social, etc. Mientras que la iglesia participa en o cumple parcialmente ciertas bendiciones espirituales, el cumplimiento pleno de todas las bendiciones de pacto aguardan el regreso y reino de Jesús. De acuerdo con Romanos 11:12, la futura «plenitud» de Israel significará incluso más bendición para el mundo.

Jesús, la pieza central de los pactos bíblicos, cumple todos los pactos mediante sus dos venidas; Jesús es la gran Simiente de Abraham (ver Gál 3:16); él es el gran Hijo de David, el Mesías, que cumple el pacto davídico (ver Mt. 19:28; 25:31). Él inaugura el nuevo pacto con su sangre (ver Lc 22:20); él trae salvación espiritual a los individuos y bendiciones tangibles como la nueva tierra, la resurrección, casas y tierras a todas las etnias y naciones (ver Mt 19:28–30; Ap 5:10; 21:24).

En resumen, el dispensacionalismo cree que los pactos bíblicos deben enfatizarse para un entendimiento de los propósitos de pacto de Dios. Se deben cumplir todas las dimensiones de los pactos bíblicos.

Extracto tomado de “La hermenéutica dispensacionalista” por Michael J. Vlach, publicado por Editorial Palabras de Gracia.


[1] Ya que el pacto mosaico era un pacto condicional que gobernaba la vida de Israel desde Éxodo 20 hasta Jesús, este no es un pacto con una promesa perdurable como los pactos abrahámico, davídico y nuevo.

[2] Darrell L. Bock, “Progressive Dispensationalism”, en Covenantal and Dispensational Theologies: Four Views on the Continuity of Scripture, [Teologías del pacto y dispensacional: cuatro puntos de vista acerca de la continuidad de las Escrituras] eds. Brent E. Parker y Richard J. Lucas (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2022), 122. Publicado en español por Editorial EBI.

[3] Robert L. Saucy, The Case for Progressive Dispensationalism: The Interface Between Dispensational & Non-Dispensational Theology (Grand Rapids: Zondervan, 1993), 31.

[4] Saucy, Case, 30–31.


La hermenéutica dispensacionalista

Michael Vlach describe los principios interpretativos que guían el entendimiento dispensacionalista de la trama bíblica desde Génesis 1 a Apocalipsis 22. También expone las tácticas interpretativas del no dispensacionalismo, de forma que el lector pueda captar el contraste. Si desea descubrir por qué el dispensacionalismo entiende la Biblia de la forma en que lo hace, este libro es la respuesta.


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