La vida en este mundo caído, como sabemos, causa que los cristianos padezcan opresión por su fe a manos de los incrédulos. También el egoísmo y el orgullo van causando conflictos dentro de la iglesia. ¿Te ha ocurrido alguna vez, por alguna situación en tu iglesia, que has tenido un conflicto con un hermano, o has sentido frustración que te causara obviar algún hermano? Si somos honestos, todos caemos por la debilidad de nuestra carne para satisfacer nuestros deseos pecaminosos.
Todo el que ha sido cristiano desde hace un tiempo, ha visto, por un lado, a una iglesia perder su camino por alguna presión o tendencia herética atractiva, o una iglesia que por conflicto interno ha explotado. Por otro lado, hay muchas iglesias que, bajo las presiones externas e internas, por la gracia de Dios, mantienen el norte, y siguen luchando y venciendo en medio de las pruebas. ¿Qué es lo que les motiva a seguir adelante?
Sabemos que hay que estar unidos. Sabemos que hay que ser humildes. Hay varias verdades cruciales que motivan al cristiano a no satisfacer sus deseos pecaminosos, pero en este breve ensayo veremos a Cristo como nuestra motivación. Su ejemplo de humildad fue dado para que nosotros lo imitemos. No podemos imitar todo lo que Cristo ha hecho y dicho, pero su humildad debe ser una grandísima motivación de gracia para estar unidos en la iglesia.
Contexto
La iglesia de los Filipenses estaba bajo opresión (Fil. 1:28-29) cuando Pablo les escribió. Reinaba el cruel emperador Nerón en aquel entonces. Además, la iglesia tenía algunos hermanos con conflictos entre ellos (2:14; 4:2-3). A la luz de estos acontecimientos, Pablo escribió a los Filipenses para que fuesen unidos por el evangelio (Fil. 1:27), y esa unidad a la que los llamó se logra por la humildad (Fil. 2:2-3).
Quizás tu iglesia esté en momentos de paz. Sea el caso o no, la solución y una gran motivación para la unidad es presentada en Filipenses 2:5-8. Se pueden resumir las enseñanzas de estos versículos con las siguientes porciones del pasaje: “Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús… se despojó a sí mismo tomando forma de siervo… se humilló Él mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (NBLA).
El Siervo se despojó
Después de que Pablo llama a la iglesia a la unidad por la causa del evangelio por medio de la humildad, y de dar algunas razones o motivaciones (Fil. 1:27-2:4), sigue con una máxima motivación, la del ejemplo de humildad de Jesús. Es un ejemplo al cual somos llamados a seguir.
El ejemplo que Cristo dio fue para que nosotros lo imitemos. “Haya,” es imperativo en el griego, y entonces el pasaje nos manda a que tengamos el mismo pensar o “actitud que hubo también en Cristo Jesús.” Hay más en los versos 5-8, pero nos enfocaremos en dos cosas principales del pasaje, el despojarse y el humillarse.
El despojarse tiene un significado debatido. Pero realmente, no es por la complejidad de lo que Pablo dijo, sino porque los estudiosos del siglo XIX en adelante complicaron el asunto. El asunto radica en si hay un objeto o no al “despojó” o “vació”. O sea, ¿hay algo de lo cual se vació Jesús? ¿Hay un objeto, o simplemente es una metáfora la palabra “despojó”? Varios estudiosos han dicho que Jesús se despojó de algunos atributos, o del uso independiente de sus atributos.
Lo que pasa es que este pasaje no demanda esto, y la siguiente cláusula más bien parece indicar el modo en que Jesús se vació. Sencillamente, “despojó” es metafórico y significa que Jesús tomó forma de siervo. La oración sigue e indica el uso metafórico de “despojó,” que es, “tomando forma de siervo”. “Tomando” indica el modo del despojo.
Se podría decir, en otras palabras, que Jesús dejó la gloria que era de él por un tiempo (Jn. 17:5) para vestirse de humanidad para ser un siervo, y que éste fue su despojo. Además, Pablo usa lenguaje metafórico en otros lugares donde usa esta misma palabra “despojo”, como en Romanos 4:14 donde dice “vana resulta la fe”, que literalmente es “vacía resulta la fe”. Uno no pregunta de qué fue vaciada la fe. El pasaje significa sencillamente que esa fe no significa nada. También, comparando las Escrituras, es imposible decir que Jesús se vació de sus atributos (omnipotente, Mt. 8:26; omnisciente, Mr. 2:8). Finalmente, Jesús nunca usó sus atributos independientemente. La Trinidad funciona en armonía.
El significado del ejemplo es entonces que Jesús, el Dios glorioso, dejó su trono para servir. Y que si Él, mereciendo toda la honra y la gloria, estuvo dispuesto a servir desinteresadamente, cuánto más nosotros quienes no merecemos nada de gloria. Lo único que merecemos es el infierno. Habiendo recibido tanta gracia, cuando hay conflicto, en vez de querer pensar en mi interés, debo pensar en el interés de los demás hermanos (2:3), siendo siervo de ellos, siervo como Cristo y de Cristo. Si no tengo ganas, lo que Cristo hizo, sirviendo para rescatarme, debe impulsarme.
“Jesús, el Dios glorioso, dejó su trono para servir. Y que si Él, mereciendo toda la honra y la gloria, estuvo dispuesto a servir desinteresadamente, cuánto más nosotros quienes no merecemos nada de gloria”
Su humilde obediencia
El ejemplo de Cristo a continuación dice, “se humilló Él mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil. 2:8). Para algunos cristianos, significa que tendrán que obedecer como Cristo, padeciendo hasta la muerte. Algunos países son así de difíciles para los cristianos, como lo era en la época de los cristianos bajo Nerón. Para muchos más cristianos, esta obediencia no requerirá tanto, pero el principio que sí aplica es que tenemos que obedecer, cueste lo que cueste. Significa que, en humildad, estemos dispuestos a aceptar el costo de ser cristiano, porque Cristo padeció hasta la muerte por nuestros pecados.
Aplicación
No sé cuál es tu situación eclesiástica, pero la próxima vez que algún hermano haga algo ofensivo, o la próxima vez que estés a punto de decir algo motivado por tu ego u orgullo, o rehusar interactuar con tal persona, piensa en lo que Cristo ha hecho para ti. Ojalá esto nos ayude a ser siervos desinteresados en la iglesia, y también a ser obedientes, sean cuales sean las consecuencias ante el mundo, para la gloria de Dios solamente.
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