Para que una consejería sea bíblica debe estar basada en estas verdades, o no puede ser considerada como bíblica.

1. El evangelio de Jesucristo es la base del cambio bíblico (2 Co. 5:17; Ro.5:1; 6:16-18; 8:13). El evangelio trae nuevo nacimiento espiritual y orienta, guía, empodera y domina la vida cristiana después de la regeneración (Col. 2:6).

2. El cambio siempre es posible para los creyentes en Jesucristo (Fil. 1:6; Ro. 6:17-18). Ningún cristiano está tan atrincherado en el pecado, tan dominado por su pasado, la genética u otra cosa, que no pueda ser cambiado por la obra del Espíritu Santo.

3. La Palabra de Dios aplicada por el Espíritu de Dios es la principal herramienta para el cambio (Jn. 17:17; 2 Ti. 3:16-17; Sal. 119:1, 24, 133).  Viva y activa, inerrante, revelada por Dios, empoderada por el Espíritu —no hay nada como la Biblia.

4. El corazón es el lugar donde el cambio real y duradero se lleva a cabo (Ro. 12:2; 2 Co. 10:5; Pr. 4:23; Mr. 7:21-23; Mt. 12:34). El corazón es donde piensa una persona, donde considera, analiza, evalúa, siente, decide y escoge —el centro de control de la vida, la verdadera persona por dentro, el hombre interior. La consejería se trata de cambiar el corazón de la persona o el pensar momento por momento.

Una de las cosas que usted descubrirá pronto es que cuando la mayoría de las personas busca cambiar, rara vez tiene el corazón a la vista. Quieren cambio en sus circunstancias, cambio en la otra persona o cambio en sus emociones… Pero cuando el enfoque es puesto sólo en las circunstancias externas, las soluciones son raramente más que temporales y superficiales 

Paul Tripp, Instruments in the Redeemer´s Hands, 109.

El plan de Dios para un cambio diario práctico es despojarse/ renovarse/ vestirse (Ef. 4:22-24; Col. 3:8-14). Ese plan incluye los componentes siguientes:

Despojarse

  • Use la Biblia para identificar el pecado (Sal. 19:10-11; 119:9).
  • Reconozca su responsabilidad personal por ese pecado, y pida perdón por él (Stg. 1:14; 1 Jn. 1:9).
  • Esté dispuesto a cambiar (Sal. 119:10, 30-32).
  •  Por la gracia de Dios, deje de cometer el pecado (1 P. 4:1-3).
  • Organice su vida para que sea difícil cometer ese pecado nuevamente (Ro. 13:14).

Renovarse

  • Persiga una reorientación bíblica exhaustiva de su modo de pensamiento estudiando la Palabra de Dios (Dt. 5:29; Sal. 95:10; Pr. 4:23; Ro.12:1-2)

Vestirse

5. Reemplace pensamientos, palabras y acciones pecaminosas con su contraparte piadosa (Ro. 12:21; Ef. 4:25-32; Col. 3:10-17).

6. La santificación es un esfuerzo divino-humano en conjunto (Fil. 2:12-13; 1 Co. 15:10). Mientras que la regeneración, justificación, conversión y glorificación son obra de Dios por completo, la santificación es un esfuerzo en conjunto empoderado por Dios. Entendiendo esto, la consejería bíblica evita por un lado los extremos de una pasividad mística y por el otro la autoconfianza legalista.

7. La santificación es proyecto corporativo; requiere de la vida de la iglesia y aporte o contribución de otros creyentes (Ro. 15:14; Gá. 6:1; Ef. 4:15-16; He. 10:24-25; Pr. 12:15). El cambio verdadero no sucede en el cuarto de consejería, sino en la iglesia, a medida que una persona se involucra activamente tanto sirviendo como siendo servido por el cuerpo de Cristo.


Aconsejando con confianza

Aconsejando con confianza

Este artículo es un extracto del libro Aconsejando con Confianza; es un libro que tiene como objetivo guiar a los consejeros y líderes de la iglesia a estar bien informados, y ayudarlos a lograr un cambio basado en el corazón en las vidas de las personas a las que aconsejan mediante la aplicación correcta de las Escrituras.


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