Jesús: El verdadero Dios eterno

La maravilla, la alegría, la gloria de la Navidad es que hace para nosotros lo que no podemos hacer y provee para nosotros lo que realmente necesitamos. Es el evento más increíble en la historia humana: la encarnación.

La encarnación es el momento en el que el Dios eterno y omnipotente entró a la historia humana en forma de un bebé. Dios el Hijo bajó de su trono, se hizo carne como nosotros y vivió una vida normal con el fin de rescatarnos de nuestros pecados. ¡Qué tremenda historia!

En el artículo anterior consideramos cómo es que Jesucristo tomó la carne humana y se hizo hombre verdadero. Ahora nos toca contemplar el otro lado de su encarnación: su deidad completa y perfecta. 

El testimonio de los Evangelios es de suma importancia para nuestra comprensión de la divinidad de Jesús. Los cuatro Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) fueron escritos por testigos oculares (o por el testimonio de testigos oculares) de la vida y el ministerio de Jesús. Si alguien pudiera hacernos saber realmente lo que hizo Jesús, y por consecuencia proveer pruebas de su divinidad, son aquellos quienes anduvieron con él y atestiguaron la multitud de sus milagros.

Muchos son los nombres y títulos que se le otorgan a Jesús en los Evangelios, y la mayoría de ellos afirma o apunta a su divinidad. Sus nombres son importantes porque revelan su misión y su autoridad. Jesús es el Dios eterno, el enviado de Dios para revelar el poder y el propósito de Dios, y traer vida y luz, esperanza y gracia al hombre caído y pecador.

Todos sus nombres y títulos merecen un estudio profundo. Sin embargo, nos enfocaremos solamente en dos textos para establecer principios relacionados con la divinidad de Jesucristo: Juan 1:1-18 (el Verbo) y Mateo 1:18-25 (Emanuel).

La revelación perfecta del Dios perfecto

Juan 1:1-18 se conoce como el Prologo de Juan; es la introducción a la enseñanza y la obra de Jesús. La palabra clave se encuentra en el versículo 1: “el Verbo”. Es la palabra “logos” en el griego, una palabra muy conocida en el contexto antiguo que recibe un significado más especial en el contexto bíblico. Se refiere a la acción de hablar y hay una referencia definitiva a la creación de Dios: Dios habló y todo llegó a existir.[1]

¿Qué significado tiene llamarle a Jesús “el Verbo”? Quizás las afirmaciones más básicas de nuestra fe cristiana son estas: Dios existe y Dios nos ha hablado a través de su Palabra, la Biblia. La auto revelación de Dios, sus palabras, tienen la misma autoridad que su Persona. Ya sea que esté físicamente ausente o presente en cualquier contexto, sus palabras son autoridad. Dios habló y todas las cosas llegaron a existir. Dios habló y se reveló a la humanidad. Dios habló e hizo convenios y emitió juicios sobre la humanidad. Sus palabras conducen inevitablemente a la acción. Sus palabras siempre expresan su autoridad. Y ahora Dios ha hablado en forma de su Hijo (Hebreos 1:1-2), la revelación final y precisa.

Es así en este contexto que Juan revela que Jesucristo, el Mesías prometido y el enviado para revelar a su Padre de forma más clara, es la misma Palabra de Dios. Jesús no es simplemente palabras o una revelación adicional. Jesús es la Palabra perfecta porque él es la Palabra de Dios en acción, en carne. Revela más completamente que las palabras dichas desde el cielo o por medio de intermediarios (ángeles, profetas, etc.). Manifiesta las tremendas verdades de que Dios existe y que Dios habla a la humanidad para revelar su gloria, sus propósitos y su verdad.[2] Jesús es la autoexpresión de Dios perfecto en carne humana.

Para comenzar, en los versículos 1 al 3 Juan revela que Jesús es el gran Creador. Jesús existió desde la eternidad pasada en forma distinta de Dios Padre, pero igual a Dios en naturaleza. Y, como Dios eterno, creó todo lo que existe. Es el Dios perfecto y poderoso.

A continuación, en los versículos 4 al 13 Juan revela que Jesús el que da la vida. Es su vida la que trae la luz al hombre. Aunque no fue comprendido por los hombres, de igual forma, su luz resplandece. Tan grande persona como lo fue Juan el Bautista (el que bautizaba, no el que fundó la iglesia bautista), fue solamente un testigo de Jesús. Jesús es “la luz verdadera” (v. 9), el testimonio exacto y fiel de Dios perfecto; y es el Dios verdadero, quien formó todo. Aunque la mayoría de los hombres le rechazan, ¡los que le aceptan reciben vida en él! ¿Cómo es posible? Solamente es posible porque es el verdadero Dios que da la vida.

El Verbo que existía desde la eternidad pasada fue hecho carne para vivir entre nosotros. El Dios que habita con el hombre. El verdadero Dios de dioses se hizo carne para mostrarnos su gloria.

Al concluir, en los versículos 14 al 18 Juan revela que Jesús es el perfecto Hijo de Dios. El Verbo que existía desde la eternidad pasada fue hecho carne para vivir entre nosotros. Es el Dios que habita con el hombre. El verdadero Dios de dioses se hizo carne para mostrarnos su gloria. El versículo 18 recalca que “nadie ha visto jamás a Dios” porque Dios es santo y perfecto. Por esta misma razón Jesús tomó la carne humana para revelarnos su gloria, gracia y verdad de una forma que podríamos captar. Conocer a Jesús es conocer a Dios. ¡Es el verdadero Dios eterno que vino en carne humana para darnos a conocer a Dios!

Dios con nosotros

Mateo 1:18-25 revela otro nombre importante relacionado a la divinidad de Cristo: Emanuel. Este párrafo presenta tres nombres del Hijo de Dios: Jesucristo, Jesús y Emanuel. Jesús significa “de Dios la salvación”; Cristo, “el Mesías, el prometido de Dios”; y Jesucristo, la combinación de estos dos anteriores. Jesús es un nombre y Cristo, un título. El nombre Jesús no era novedoso en el tiempo de José y María. Es un nombre antiguo y conocido; en el griego es “Jesús” y en hebreo, “Josué”. Era un nombre común, tal como Roberto, David y Antonio son comunes en nuestro tiempo. 

A diferencia de quienes llevaban su mismo nombre, este Jesús, el hijo de María, “salvará a su pueblo de sus pecados” (v. 21). La grandeza de la encarnación es la esperanza que nos trae. Sin la encarnación, sin la venida de Jesús, estaríamos todavía en nuestros pecados y bajo la ley, esperando nuestra redención futura. Pero Emanuel, “Dios con nosotros” (v. 23), ya vino al mundo. A menudo Dios nos parece tan distante y perfecto que jamás le pudiéramos alcanzar o conocer. Por un lado, eso es cierto: si Dios no se hubiera revelado, no lo conoceríamos. Y en esto está la gloria de la encarnación: la venida de Jesús a nuestro planeta en carne humana revela que Dios está con nosotros. No merecemos su presencia y su favor; sin embargo, nos mandó a su Hijo perfecto para mostrarnos su gracia y verdad (Juan 1:14). ¡Qué tremendo regalo!

Conclusión

La persona real de Jesús es la combinación gloriosa del eterno Hijo de Dios y la completa carne humana. Nunca perdió nada de su divinidad en la encarnación, sino aceptó voluntariamente las restricciones necesarias para poder nacer y vivir en carne humana. Era, es y será Dios siempre, y esto es de suprema importancia para nosotros. Su divinidad es importante: solamente Dios nos puede rescatar de nuestros pecados; solamente un sacrificio perfecto sería suficiente; solamente un Salvador resucitado puede perdonarnos; y solamente un Salvador vivo puede garantizar nuestra eternidad con él. Jesucristo, el hombre completo y verdadero y el verdadero Dios eterno: completa y verdaderamente Dios y hombre, nunca menos que Dios y nunca menos que el hombre. En él tenemos la perfecta revelación del Dios perfecto y la gloriosa redención. Proclamemos con voces unánimes como lo hizo Pablo en 2 Corintios 9:15: “¡Gracias a Dios por su don inefable!”.

Lee todos los artículos de la serie:

La encarnación de Cristo parte 1

La encarnación de Cristo parte 2

La encarnación de Cristo parte 3

La encarnación de Cristo parte 4


[1] Johannes P. Louw y Eugene Albert Nida, Greek-English Lexicon of the New Testament: Based on Semantic Domains (New York: United Bible Societies, 1996), 399.

[2] Gerald L. Borchert, John 1–11, vol. 25A, The New American Commentary (Nashville: Broadman & Holman Publishers, 1996), 102–103.


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