La adopción es un concepto fundamental que representa la relación especial que los creyentes tienen con Dios. Ser adoptado por Dios significa ser aceptado como un hijo adulto en Su familia y disfrutar de los derechos y privilegios que conlleva esta relación. Es una posición legal o judicial y no una experiencia. Es la concesión de un estatus o posición delante de Dios (o sea, es una relación). En este artículo, exploraremos los beneficios de la adopción del Padre hacia los suyos, así como las evidencias que demuestran que una persona es verdaderamente un hijo de Dios.

Los Beneficios de ser adoptado por el Padre 

  1. Somos libres de la esclavitud y el legalismo (Ro. 8:15— “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu [¿el Espíritu?] de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”). El legalismo es intrínsecamente esclavizador; no es más que el observar los mandatos con energía carnal para obtener auto glorificación y para alcanzar metas carnales. Esa observancia de la ley nunca se acaba; nunca se satisface, y por tanto tiene efectos paralizantes. 
  2. El Espíritu Santo permite que reconozcamos nuestra posición como hijos. En Romanos 8:15, Pablo dice, “…habéis recibido el espíritu (¿el Espíritu?) de adopción.” Pablo dice también, “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!” (Gá. 4:6). El Espíritu Santo les permite a los creyentes reconocer su estatus de hijos y ejercer los privilegios inherentes a éste.
  3. Una herencia garantizada. Pablo, el gran exponente de la adopción, habla acerca del legado divino que el creyente adquiere mediante la adopción: “Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios…” (Gá. 4:7). El concepto de ser coherederos con Jesucristo resulta aun más asombroso: “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo” (Ro. 8:17). Todo aquello que le pertenece al divino Hijo de Dios en su herencia también le pertenece a los hijos adoptados de Dios. En los derechos bancarios y hereditarios modernos existe una diferencia entre coarrendatarios y arrendatarios en común. Un arrendatario en común solo tiene derecho a una cantidad específica de una cuenta bancaria, mientras que un coarrendatario tiene acceso total, aunque otras personas también sean titulares de la cuenta. Si esto ocurre con las propiedades terrenales, ¡cuánto más ocurrirá en la dimensión espiritual y eterna! 

La adopción de Dios es un regalo inigualable que transforma nuestras vidas. Nos libera de la carga del legalismo, empodera nuestro viaje a través del Espíritu Santo y nos asegura una herencia compartida con Cristo mismo. La adopción no es un mero concepto, es una realidad profunda que nos da el privilegio de ser llamados “hijos de Dios”.

Entonces, ¿cómo aplicamos estos principios en nuestra vida diaria? Primero, reconozcamos que somos amados y aceptados por Dios, no por nuestras obras, sino por su gracia. Dejemos de esforzarnos en vano para ganar su favor y, en su lugar, confiemos en su amor incondicional, la libertad que ahora es nuestra, el poder del Espíritu de Dios con que el podemos vivir la vida y la herencia garantizada que ya se nos ha concedido por se miembros de su familia.

Vivamos bajo la guía del Espíritu Santo. Permitamos que nos recuerde constantemente nuestra identidad como hijos de Dios y que nos capacite para vivir vidas que honren al Padre celestial.

Así que, querido lector, te animo a abrazar plenamente tu posición como hijo de Dios. Deja que esta realidad transforme cada aspecto de tu vida y comparte la buena nueva de la adopción de Dios a quienes éramos esclavos. Comparte esta verdad con un mundo sumido en tinieblas, un mundo de huérfanos desamparados que necesitan desesperadamente al Padre.

Este artículo es un extracto de Teología Sistemática del Cristianismo Bíblico


Teología sistemática

La Teología Sistemática del Cristianismo Bíblico de Rolland McCune es una lectura esencial para quienes buscan un enfoque exegético y profundo de la doctrina cristiana. McCune presenta una perspectiva basada en las Escrituras y aborda temas complejos de manera accesible.


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