“Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos” (Sal. 119:89).

La Biblia es la Palabra de Dios. Estoy seguro de que has escuchado esto antes. Quizá te hayas preguntado al respecto. ¿Hay alguna manera de saber que la Biblia es la Palabra de Dios? Solo porque un documento sea antiguo y que muchos hayan creído en él, no significa que sea la Palabra de Dios.

La Biblia no se intimida en absoluto en cuanto a declarar ser la propia Palabra de Dios. Casi cuatro mil veces afirma que está hablando en nombre de Dios, usando frases tales como: “Dijo Dios” o “Así ha dicho Jehová”. Pien­sa en esto. A lo largo de miles de años, los cuarenta escritores de la Escritura sabían que estaban escribiendo en nombre de Dios.

Moisés sabía que estaba escribiendo el propio guion que el Diseñador inteligente le estaba revelando. Su historia comienza diciendo: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra… Y dijo Dios” (Gén. 1:1, 3). Moisés estaba convencido de que registraba los hechos sobre el principio de todas las cosas y referentes a Aquel que hablaba detrás de todo lo que sucedía.

Debemos preguntarnos: ¿Nos da la Biblia una razón para creer, o para dudar?

Una de las maneras en que podemos saber que la Biblia es la Palabra de Dios es que está llena de profecías que se hicieron realidad. De las aproxima­damente 2.500 profecías que contiene, unas dos terceras partes ya sea han cumplido. Algunas de las profecías son tan específicas que toda persona con una mente razonablemente abierta se convencería de que la Biblia fue inspi­rada de manera única. A continuación, aparecen dos ejemplos:

  1. 15; es decir: una probabilidad de 1 en 10.000.000.000.000.000. ¿Tienes alguna razón para dudar de estas probabilidades?
  2. El Antiguo Testamento predijo que la antigua nación de Israel sería conquistada dos veces y que, en cada caso, sería llevada cautiva; en primer lugar, por los babilonios (durante un período de setenta años), y luego, por otro reino (ver Deuteronomio 29; Isaías 11:11-13; Jeremías 25:11; Oseas 3:4-5; Lucas 21:23-24). Estas profecías se cumplieron de manera exacta. La probabilidad de que fuera un cumplimiento fortuito es de 1 en 1020.
  3. Si tus dudas se arraigan en la confiabilidad de la Biblia, hay recursos en línea a los que puedes acceder fácilmente. ¿Por qué no dedicas un tiempo ahora para visitar algunas de esas páginas de Internet?

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